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Prédica: Colossenses 1.12-20
Leituras: Jeremias 23.2-6 e Lucas 23.35-43
Autor: René Krüger
Data Litúrgica: Último Domingo do Ano Eclesiástico
Data da Pregação: 22/11/1998
Proclamar Libertação – Volume: XXIII
 

1. Introducción

El autor de la Epístola a los Colosenses se dirige a cristianos de origen pagano y les asegura que Dios los hace participar en el reino de Jesucristo. Para esos creyentes esta participación no era ningún derecho innato, ya que no pertenecían a Israel, el tradicional pueblo de Dios. Obtuvieron un privilegio nuevo, que en términos religiosos era inmerecido. Es más: el acceso al Reino de Dios ahora estaba abierto a todo el mundo. Esta apertura universal tiene su fundamentación última en el hecho del dorninio universal de Jesucristo, presentado por el texto con pinceladas sumamente fuertes y reiterativas.

2. Consideraciones exegéticas

La unidad Colosenses 1,12-20 está formada por dos subunidades: una introducción, vs. 12-14; y una unidad hímnica, vs. 15-20. En la introducción sobresalen dos formulaciones: trasladado y redención -perdón de los pecados. El primer término proviene originalmente del lenguaje bélico. El vencedor sacaba al resto delpueblo vencido de su tierra y lo trasladaba a otra parte, el exilio, a algún rincón de su próprio império. Aqui se subraya que Dios ha trasladado a los cristianos a su próprio reino, sacándolos del ambito del pecado. Con ello, la imagen sobrepasa su origen, ya que no se trata de un exilio, sino de un rescate. Este rescate tiene varias dimensiones: de las tinieblas a la luz que permite ver por donde andar y qué hacer; de la esclavitud a la libertad, tal como la emancipación de esclavos; de la condenación al perdón, que implica al acceso a Dios y una nueva vida; y del poder del mal al poder de Dios.

El v. 14 asimila la redención al perdón de los pecados. Es decir, Cristo ya conquisto la salvación. El autor emplea un término que originalmente signilicaba la liberación de un esclavo o prisionero de guerra mediante el empleo de las armas o por el pago de un rescate. Ahora bien, ya el AT emplea el término en sentido figurado como perdón de los pecados (Sl 129,8-9, según la versión griega Septuaginta). Ya antes de Pablo el concepto fue empleado para interpretar el hecho vicário de Crislo, actualizado sobre todo en la Cena del Senor (Mc 10,45 y paralelos) y en el bautismo (l Pe 1,18.23) Al hablar de la redención en el encabezamiento de la unidad, el autor subraya que el alejamiento de la humanidad de Dios no es un destino (como en el gnosticismo), sino culpa concreta de esta humanidad. Quienes necesitan y reciben la redención no son seres cuya esencia sea igual a la de Dios (chispa o fragmento de luz); sino los aptos o capacitados (1,12), a quienes Dios ha perdonado los pecados en Jesucristo.

En los vs. 12-14 la alabanza se refiere a Dios el Padre. Ahora el autor la proyecta a Cristo, pasando a otro género literário con un lenguage muy peculiar. Los vs. 15-20 constituyen un himno formado por elementos poéticos, a diferencia de la prosa de los vs. anteriores. Hasta el v. 14 el autor había empleado lenguaje eclesial en torno a un nosotros; ahora presenta al Salvador y la salvación con terminologia cosmológica. Muchos exegetas opinam que el autor encontro este himno en el material tradicional y que simplesmente lo inserto en su texto, retocándolo en alguns puntos y agregando explicaciones (la iglesia; haciendo la paz mediante la sangre de su cruz). En este caso es probable que el himno originalmente haya lenido relación con la celebración del bautismo, ya que interpreta los efectos de este acto. Otros exegetas creen que el autor mismo formulo el himno, basándose en tradiciones y formulaciones litúrgicas; y que alude directamente a las consecuencias del bautismo de los destinatários da la Epístola.

Los vs. 15-18a forman una simetria, en cuyo centro el autor coloco tronos -domínios – principados – potestades. Su autoridad no es efectiva, final, terminante. En primer lugar no pertenecen a la instancia creadora del universo, que es unicamente Dios por médio de Cristo; y en segundo lugar constituyen tan solo una espécie de eventualidad: sean… sean…

Luego viene lo más importante del texto: las declaraciones sobre Cristo. Basicamente se trata de dos afirmaciones: Cristo es la imagen de Dios, primogénito y mediador de la creación; y Cristo es el principio, el primogénito de los muertos, el mediador de la reconciliación. Estas dos afirmaciones están distribuídas sobre las dos mitades del himno; la primera describe a Cristo como mediador de la creación; la segunda, como mediador de la salvación. La idea fundamental que transmite esta estructuración literária es la de la relación entre la creación y la redención. La salvación es posible y real, porque el Salvador está en íntima conexión con el Creador. Más aún, el Salvador es el Creador. De allí que la redención no arranca del mundo. El mundo está bajo el domínio del Redentor; la redención se realiza en el mundo, sobrepasándolo – si se quiere -, pero no anulándolo. Con la redención, la humanidad, como parte de mundo, vuelve a ser colocada bajo la voluntad de Dios.

Es realmente asombroso que estos magnificos títulos se estén refiriendo a un judio pobre, que actuo hacia apenas alguns décadas atrás como maestro e profeta en Galilea y en Jerusalén; y que fue condenado por las instancias religiosas como blasfemo y pretendiente mesiánico y crucificado por el poder político romano como revoltoso. Ahora recibe semejantes epítetos de dignidad universal, cósmica y divina.

El concepto de Cristo como imagen de Dios tiene antecedentes importantes, desallorados sobre el trasfondo de la prohibición veterotestamentaria de las imágenes de Dios. Cuánto más se enlalizaba la sublimidad y la lejanta de Dios, tanto más aguda debia ser la pregunta acerca de como se podia llegar a saber algo en este mundo de ese Dios tan transcendente. Para solucionar el problema, alguns teólogos judios hablaron de entidades mediadoras no personalizadas, por médio de las cuales Dios se daba a conocer al mundo. La más conocida es la figura de la Sabiduría (Provérbios, Sabiduría de Salomón, Eclesiástico). Para Filón de Alejandría la instancia por excelência era la Palabra. Más tarde, la teologia cristiana se valió de estos conceptos para describir la essencia de Cristo como Revelador. Lo especificamente cristiano consiste en vincular este conjunto conceptual con la persona histórica de Jesus. Sin ese aterrizaje en la historia, la conceptologia (imagen, sabiduría, palabra) seria una mera especulación mítica o a lo sumo filosófica.

El himno de Co 1,15-20 habla de la relación de Cristo con el mundo y con nosotros. Reconecer a Cristo es comprender que el mundo es creación buena; e compreendemos a nosotros como redimidos en este mundo por Cristo. Las fórmulas por medio de él…. y todas las cosas en él subsisten no tienen nada de panteísmo, como por ejemplo el la filosofia estóica. El judaísmo empleaba este tipo de fórmula en oito sentido: Dios no es el cosmos, sino su creador e señor; y con ello, su origen. El himno transfiere esta formulación a Cristo. Con ello, la conceptologia colabora con el rechazo de la división gnóstica dualista entre Dios y mundo, y entre creación y salvación.

Si hasta el v. 17 inclusive todo parecia hacer suponer una hermosa armonía sin ruptura alguna entre el Creador y el mundo, a partir del v. 18 se hace evidente que efectivamente existe un rompimento. En el fondo, todo el himno da por sentado que tal quiebra existe, pues establece un estrecho paralelo entre la creación y la resurrección de Cristo de los muertos. La comunidad creyente, que alaba a Dios con este himno (o que lo lee al recibir la Epístola), asume su própria re-creación y acepta la validez de la superación de la muerte. Esto indica que la perspectiva, con la cual se compuso este himno y/o se lo integro al texto, no fue la de una armonía universal panteísta dada por sobreentendida, sino la de la necessidad de la redención. La paz mencionada en el segmento final del poema tuvo que ser conquistada, hecha, producida. Para explicar la instrumentación de esa conquista, el autor de la Epístola posiblementc agrego la frase mediante la sangre de su cruz.

Cristo es el primero y la cabeza, pues en él habita la plenitud. Este término designa la totalidad del ser divino. En Cristo nos llega la fuerza vital divina.

Al anteponer alhimno cósmico una fórmula de confesión: Su amadoHijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados, el autor indica claramente que el Redentor preexistente y cósmico no es otro que Jesus, que murió por nosotros en la cruz. La pacificación cósmica se hace real para nosotros como perdón de los pecados. El gran drama cósmico-salvífico (no solo histórico-salvílico) se realizó para nosotros. La mención de la cruz (más exactamente: mediante la sangre de su cruz) indica que la base de la obra redentora se realizo en este mundo y en la historia. Este triunfo cósmico de Cristo, obrado en la historia concreta, puede ser experimentado en la comunidad de creyentes, la iglesia, como perdón de los pecados y como liberación delmiedo a los poderes opresores.

Con estas líneas, el autor de la Epístola combate una concepción que veia al mundo como obra de un dios inferior y malo; y que concebia la salvación tan solo a nivel espiritual como liberación de las garras de la matéria. Concretamente la Epístola reacciona contra el incipiente gnosticismo, que ensenaba que la matéria era enteramente mala, mientras que el espíritu era totalmente bueno. El verdadero dios bueno (gnóstico) no podia tocar la matéria; de allí que el mundo no era creación del dios bueno, sino de un demiurgo, una espécie de dios inferior, producto de sucesivas emanaciones del dios bueno. Algunos gnósticos cristianos sostenían que el Dios del AT, el Creador, no era sino ese demiurgo; mientras que el Dios del NT era el Dios verdadero.

Frente a ello, el autor de Colosenses insiste que Dios creó el mundo a través de Jesucristo. Es decir, hay absoluta identidad entre el Dios del AT, el Creador, y el Dios del NT, el Padre de Jesucristo.

Colosenses refuta otras ideas gnósticas. Rechaza la idea de la gran cantidad de emanaciones de Dios, con la cual se borraba el carácter supremo y único de Jesucristo. La Epístola niega esta vaguedad, declarando que en Jesucristo habita toda plenitud. Jesucristo no es una revelación parcial de Dios, sino único; y en él se encuentra la totalidad de Dios. Al mismo tiempo alude indirectamente a la encarnación. Como para el gnosticismo la matéria era absolutamente mala, el enviado de Dios no pudo haber tenido un cuerpo real de carne y sangre como nosotros. Con este postulado, el gnosticismo negaba la verdadera humanidad de Jesucristo. En contra de esta doctrina de la apariencia (docetismo), Colosenses subraya que en Cristo – crucificado y resucitado – habito corporalmente toda plenitud.

Según los gnósticos, se requeria un conocimiento especial para alcanzar la salvación. Unicamente el grupo esotérico de los gnósticos podría suministrarlo a los hombres, brindando información sobre el origen del alma y los pasos hacia su retorno a la luz original. La salvación era, pues, un conocimiento intelectual. Colosenses refuta esta idea, subrayando que la salvación es redención y perdón de los pecados, y por ende no una especulación o un conocimiento altamente especializado. Una consecuencia gravemente antisocial e anticomunitaria del postulado de lá primacía del conocimiento como camino de salvación consistia en la división de la humanidad en espirituales y terrenales o materiales (algunos gnósticos también hablaban de un grupo intermédio, los psíquicos). Llevado a sus últimas consecuencias, esto excluía de la salvación plena a las personas comunes del pueblo, que no tenían capacidades intelectuales especiales, filosóficas o religiosas. Colosenses en cambio subraya la validez de la obra de Cristo para todos.

3. Reflexiones hermenêuticas

Tronos, dominios, principados, potestades: en el mundo antiguo las personas se sentían amenazadas por este universo de poderes concebidos en primer lugar como espirituales. Estos poderes opresores sin embargo también tomaban cuerpo muy concreto en la historia: en el Império Romano con todo su aparato represor, las persecuciones de los cristianos, la realidad de la explotación económica, el peso de la esclavitud, la falta de soberania de los pueblos sometidos por Roma. El autor de Colosenses designa las fuerzas del mundo del mal con los nombres de las instancias políticas del poder imperante; y opone a esta amenaza la soberania de Jesucristo. La designacíón de los poderes del mal con la teminología política de dominación no es mera casualidad, sino que evidencia que el autor tenía muy en claro que el mal se encarnaba muy concretamente en figuras perfectamente identificables; precisamente en tronos, dominios, principados, potestades.

Valiéndose de las categorias filosóficas y religiosas de la cosmovisión antigua, la epístola inculca la supremacia total de Jesucristo. El mensaje que comunica la carta no es esta cosmovisión, sino la realidad de la salvaeión en Cristo. Las cosmovisiones son tan cambiantes como la realidad misma y como nosotros. Comprender a Cristo como Senor del universo y como Redentor nuestro, no significa asumir una determinada teoria sobre ciertos poderes, potestades, figuras o dimensiones; sino comprendernos a nosotros mismos como seres creados, caídos pero salvados por Cristo; y, como tales, con posibilidades concretas, y llamados a la libertad en este mundo de Dios.

La cosmovisión bíblica no es dualista en el sentido filosófico, como se existieran dos principios fundamentales opuestos entre si, el bien y el mal, de igual consistência y eternidad. La Bíblia concibe una realidad única formada por una parte por Dios y a quienes lo aceptan y le obedecen; e por otra, el mal, el maligno, el enemigo de Dios, el pecado, la destrucción, y quienes la practican. Pero no se trata de dos poderes eternos, iguales en poder. Solo Dios es eterno, y él mantiene toda la supremacia. La Biblia afirma tajantemente que Dios siempre tuvo, tiene y tendrá el domínio absoluto y final. El mal en el mundo es una realidade innegable; pero la última autoridad – la última palabra – la tiene solo Dios. La pecularidad de Colosenses consiste en subrayar que ese domínio absoluto es ejercido por Cristo; y que Cristo nos rescata de la influencia del mal. Esto no minimiza la peligrosidad del mal ni disminuye la amenaza terrible dei juicio divino; pero si ubica el poder del mal en su correcta dimensión.

Las afirmaciones bíblicas sobre el poder del mal no pueden sintetizarse en una doctrina coherente sobre poderes supranaturales o en una demonología. Cada contexto cultural y religioso le ha dado otros nombres a esta realidad, cuyo efecto esencial último es separar al ser humano de Dios y de su prójimo, alienándolo de su proyección al amor. La fé cristiana trinitaria debe tomar muy en serio el poder del mal; pero a la vez debe sostener que no constituye una realidad definitiva, ya que la victoria de Cristo implica su sometimiento y finalmente su disolución.

El pensamiento idealista subestima el poder de las realidades sobrehumanas. El positivismo tampoco tomo en serio sus efectos sobre el hombre. Entre los muchos rejuntes filosóficos y las peculiaridades de la abigarrada cosmovisión de New Age, la Nueva Era, está también su intento de producir una visión integral de la realidad que integre los aspectos del bien y del mal en una globalidad, sosteniendo que ambos se complementan al estilo de dos principios coexistentes, necesarios y prácticamente eternos. Pero lo que en realidad logra la Nueva Era com esta ensaiada es minimizar la realidad del mal, el pecado y la misma muerte. La culpa, la destrucción, la injusticia, la opresión, la violência, la muerte constituyen tremendas crudezas. De manera alguna pueden ser considerados como meras falias manejables e superables por el ser humano.

?Cuáles son hoy los domínios, tronos, potestades, principados? ? Cómo traducir el linguaje bíblico a nuestra realidad marcada por realidades horribles que causan sufrimientos espantosos a millones de personas? Tendremos el coraje de nombrar directamente el sistema económico neoliberal con sus secuelas: la destrucción de la protección de los grupos marginales como ancianos y enfermos, la desocupación, la sobrecarga impositiva cargada sobre los pequenos productores, la eliminación de la seguridad social de los obreros, la exposición de los menores y las mujeres, el descuido de los pueblos originários, la destrucción de la naturaleza, la inseguridad de los sin lierra, la falta de futuro de los jóvenes sin salida laboral, el crecimiento del individualismo, la perdida de la solidaridad?

Lejos de metemos en especulaciones fantasiosas sobre supuestos demónios fantasmagóricos que revolotean por los aires cual mosquitos molestos que fastidian a los seres humanos, hemos de llamar concretamente a esos poderes por sus nombres; asegurando fundamentalmente la victoria de Cristo; y animando a la comunidad a oponerse, en el nombre de Cristo, al domínio de esos poderes destructivos.

4. Runibo a la predicación

1) La vida humana sufre bajo múltiples opresores. Identificar, en lo posible en forma dialogada, los posibles equivalentes actuales a tronos, domínios, principados, potestades.
2) Anunciar la supremacia absoluta de Jesucristo:
a) Toda la creación es obra de Dios a través de Jesucristo.
b) La redención es obra de Jesucristo; y Dios nos coloca bajo su senorio.
3) Dar testimonio de que vivir bajo el senorio de Jesucristo es vivir en la libertad de Ia cruz frente a los poderes opresores. Esta libertad implica anunciar la victoria de Crissto y practicar solidaridad y servicio al prójimo que sufre bajo los poderes opresores.

5. Bibliografia

BARCLAY, William. Filipenses, Colosenses, I e II Tesalonicenses. Buenos Aires : La Aurora, 1973. (El Nuevo Testamento comentado por W. Barclay, II).
CONZELMANN, Hans. Der Brief an die Kolosser. In: VV. AA. Die kleineren Briefe des Apostels Paulus. 12. ed. Göttingen : Vandenhoeck & Ruprecht, 1970. (Das Neue Testament Deutsch, 8).
POKORNY, Peter. Der Brief des Paulus an die Kolosser. Berlin : Evangelische Verlagsanstalt, 1987. (THNT, V/1).

Proclamar Libertação 23
Editora Sinodal e Escola Superior de Teologia