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Prédica: Marcos 1.1-8
Leituras: Isaías 40.1-11 e II Pedro 3.8-14
Autor: René Krüger
Data Litúrgica: 2º Domingo de Advento
Data da Pregação: 08/12/2002
Proclamar Libertação – Volume: XXVIII
Tema: Advento

1. Introducción

Este texto fue tratado en PL XXII, p. 14-18 y parcialmente (Mc 1.4-11) también en el mismo volumen p. 48-51. Si bien aparentemente se trata de un texto sencillo, muy conocido, perfectamente delimitado y fácil de comprender, contiene una serie de dificultades que exigen un estúdio detenido. Lamentablemente no es posible hacer una exégesis exhaustiva en las pocas páginas de un auxilio homilético. Ni siquiera podemos resumir todas las dificultades y las numerosas respuestas que se intentaron.

La dificultad comienza por el significado preciso de vários términos claves: principio, evangelio, Cristo. Continua con la relación que tiene evangelio con Jesucristo; prosigue con la delimitación exacta de las subunidades del texto y con la combinación de diferentes citas del AT. Abarca finalmente algunos problemas de crítica textual, siendo la principal la omisión de Hijo de Dios en Mc 1.1 (sin entrar a discutir esta cuestión, diremos que los argumentos externos – mejores testigos – e internos – coherencia con Mc 1.11, diversos otros textos y el cierre en Mc 15.39 – favorecen la lectura Hijo de Dios).

Para la reflexión teológica sobre el texto es conveniente tener en cuenta los contenidos de la unidad ampliada Mc 1.1-15, ya que los vs. 14-15 constituyen una inclusión literária y temática del texto indicado.

2. Consideraciones exegéticas

V. 1: Tal como los autores de muchas obras de la antigüedad helenística, también el evangelista – aqui anónimo – que llamamos Marcos enumera sus principales preocupaciones temáticas en la introducción de su libro. Coloca un encabezamiento (Mc 1.1-3) al comienzo de la sección introductoria (Mc 1.1-15), e introduce a Juan (vs. 4-8) y a Jesús (vs. 9-15). Aqui Jesús aparece como el que proclama y trae el reino de Dios. El escrito mostrará como Jesús realiza esto en abierta confrontación con las fuerzas del mal, que encarnadas en las personas y estructuras dirigentes darán muerte al Hijo de Dios; pero ellas serán vencidas a su vez por la resurrección. El pasaje introductorio promete que Jesús otorgará el Espíritu a sus seguidoras y seguidores. Aún queda abierto para qué se dará ese Espíritu. Implicitamente, puede deducirse que se relacionará con la capacitación para continuar la tarea de la proclamación del reino de Dios.

Comienzo o principio puede significar el punto de partida, el comienzo físico, los fundamentos o princípios, el origen. Al no haber verbo en Mc 1.1, la frase adquiere el carácter de un encabezamiento o título. Cabe preguntar de qué exactamente, si de la introducción o de todo el escrito. Consideraciones sintácticas y comparaciones literárias parecen oponerse a lo último, pues para ser título general la frase debería ser gramaticalmente independiente de los vs. 2-3. El v. 2, por su parte, es inseparable del primero, pues comienza con un adverbio comparativo (como) que remite a lo anterior. El significado último dependerá del sentido que se obtenga de la frase que califica el término: evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios; y de la relación de Mc 1.1 con lo que sigue. Por de pronto, comienzo del evangelho se refiere especificamente a lo presentado en los vs. 4-15, que constituye la inauguración del mensaje de buenas nuevas de la presencia tan largamente anticipada y esperada de la era de salvación.

Como muchos lectores de la antigüedad identificaban a los libros por sus primeras palabras, se ha sugerido que evangelho de Jesucristo es el título del libro presentado por Marcos. Ahora bien, esta interpretación es posterior, y forma parte del proceso por el cual la palabra evangelio pasó a designar también este género literário.

El término griego evangelio remite a las buenas nuevas que traían los heraldos. La traducción de la Bíblia hebrea al griego, la Septuaginta (LXX), emplea el correspondiente verbo (evangelizar = anunciar) con relación a las buenas nuevas de que Dios estaba restaurando su pueblo. En el ambiente helenístico y en el mundo romano, el vocablo podía remitir a anúncios de tipo político (victorias, nacimiento del heredero del trono).

La proclamación misionera original de la iglesia entendía bajo este término el núcleo querigmático centrado en la muerte, resurrección, exaltación y parusía de Jesucristo, tal como lo revela el material prepaulino de l Ts 1.5.9-10; Rm 1.2-4 y l Co 15.3-5; y como lo sintetizan vários evangelistas en Hechos, como por ejemplo, Pedro ante Cornelio en At 10.36-38.

En Mc 1.1, el uso del término difiere de este empleo cristiano prévio, pues Marcos amplia la concepción de la expresión a toda la actuación pública de Jesús. No se conoce otro registro literário prévio de esa ampliación. Es decir, Marcos fue el primero en comprender el ministério terrenal de Jesús como parte del evangelio. Ademas, por lo que se sabe, Marcos fue el primero en volcar a una obra literária todo esto que él concebia como inherente al evangelho. Con ello se transformo en el creador del género literário evangelio, traspasando la anterior aplicación del vocablo a la proclamación oral; y preparo el camino para la práctica posterior de la iglesla de llamar a los cuatro documentos de ese género evangelios. Como nota interesante, diremos que ante la armonización de los cuatro evangelios Mt, Mc, Lc y Jn, en una sola obra, el Dilatesaron, realizado por el sirio Taciano en el siglo II, la iglesia mayoritaria prefirió mantener el evangelio cuatriforme, pues entendia que se trata de un solo evangelio, aunque se presentaba literariamente en cuatro formas.

Volviendo a este significativo proceso de ampliación de ia comprension de evangelio, realizado por Marcos solo fue posible porque su contenido ya existia previamente como ingrediente esencial de la vida misma de Jesús. La actuación y la ensenanza públicas de Jesús eran el desarrollo del proyecto de Dios, por así llamarlo, que encontro su punto culminante en la muerte y resurrección de Jesús. Aplicar el término evangelio a esa totalidad no fue traicionar una concepción prepaulina y especificamente paulina, sino profundizar la comprension de la presencia salvífica y liberadora de Dios en Jesucristo.

La fórmula evangelio de Jesucristo incluye así el evangelio sobre Jesucristo (genitivo objetivo), es decir, las buenas nuevas relativas a Jesucristo (o Jesús el Cristo); y el evangelio proclamado por Jesucristo (genitivo subjetivo) mediante sus palabras y obras. Lo primero corresponde al uso del término en la misión primitiva de la iglesla; lo segundo, a un énfasis puesto en Mc 1.14. En esta comprension, la proclamaciõn de Jesús de las buenas nuevas en palabras y acciones en vista de la esperanza basada en la promesa del AT se fusiona con la proclamación de la iglesia de las buenas nuevas de la muerte, resurrección y venida de Jesucristo. El ministério completo de Jesucristo cumple la promesa del AT de la era de liberación, tipificada por Isaías (y otros). La medula del evangelio es Jesús el Mesías, el Hijo de Dios.

A nivel literário, el término evangelio en Mc 1.1 se refiere por lo menos al contenido de toda la obra literária. Por ello, no alcanza con referir el vocablo solo ai género literário. Evangelio es aqui la buena nueva tal como es proclamada por la iglesia, presentada ahora de manera escrita.

Cabe ver si Cristo es aqui nombre propio o título. Los escritos de Pablo demuestran que Cristo pasó a ser nombre propio ya antes de la redacción de los evangelios sinópticos. En el Evangelio de Mc, Cristo puede tener ambas funciones. Si bien en Mc 1.1 cumple función de nombre, no ha perdido su significado mesiánico. En términos generales, el paso de título a nombre corria paralelo al paso del evangelio de ambientes judeocristianos a helenocristianos.

La aclaración esencial Hijo de Dios anuncia que el escrito focalizará su atención sobre la persona de Jesucristo (o Jesús el Cristo), identificado como Hijo de Dios. La autenticidad de esta fórmula recibe un apoyo importante a nivel de la coherencia del texto por su empleo en Mc 1.11; 3.11; 5.7; 9.7; 12.6; 13.32; 14.61-62 y 15.39.

Vs. 2-3: Mc 1.2b-3 es una composición de citas de tres pasajes del Antiguo Testamento: Êx 23.20 (según el texto gríego), el texto hebreo de Ml 3.1 y el texto griego de Is 40.3. La clave está en la combinación redacional de estas palabras. Esta misma combinación, montada sobre la formulación preparar el camino, ya existia en el entorno judio de la época, y apuntaba a la venida de alguien que prepararia al pueblo de Dios para el dia escatológico del Senor. Al incorporar estas frases, Marcos da a entender que el evangelio de Jesús está en una línea de continuidad con la historia de su pueblo, incluyendo a Juan el Bautista, y que es la culminación de esa historia de liberación.

El ángel de Ex 23.20 se refiere al mensajero enviado por Dios para proteger y guiar a Israel. Ml 3.1 se refiere al mensaje que preparará el camino para la venida del Senor como Juez. Si originalmente la preparación del camino provenía del llamado a prepararse para una marcha triunfal guiada por Dios mismo que vénia a restaurar a su pueblo, ahora el texto de Is 40.3 es aplicado al rol del Bautista como heraldo que anuncia un bautismo de arrepentimiento y la venida de alguien mayor que él. De esta manera, Marcos organiza una transferencia de la aplicación de textos de Dios a Jesús.

Vs. 4-5: el bloque de los vs. 4-8 es una combinación redacional de diversos elementos tradicionales relacionados con el Bautista, seleccionadas por Marcos bajo la perspectiva de Is 40.3.

En el mundo judio había diversos lavados rituales: el lavado de las manos, el bano ritual diário, el bano único de inmersión para prosélitos. El bautismo de Juan se relaciona con este último.

El arrepentimiento era una práctica religiosa que incluía la decisión a cambiar la actitud pecaminosa y a recibir el perdón de Dios. Literalmente, el término griego se refiere a un cambio de mente. El substrato hebreo, sobre todo en el lenguaje de los profetas, apunta a una vuelta, un cambio total de rumbo, es decir, del estilo de vida. En la época neotestamentaria, el ejemplo sobresaliente de cambio en el mundo judio se producía cuando un no judio se decidia a asumir la ley del pueblo de Israel, convirtiéndose a la religión judia. Plantear, pues, a personas judias que tenían necesidad de arrepentirse y bautizarse de la misma manera que esas personas no judias, era chocante y ofensivo, pues las cuestionaba profundamente en su comprensión acerca de su relación con Dios. Juan el Bautista les exigia un comienzo radicalmente nuevo.
Ademas de cuestiones prácticas por la necesidad de agua para el bautismo, la localización junto al Jordán podría tomarse como una referencia a la entrada a la Tierra prometida (Josué 3-4). El desierto de por si ya era una alusión a la historia de la presencia de Dios y a la prédica de Isaías 40. Además, diversas expectativas mesiánicas vinculaban la aparición del Mesías en esa geografia. Los textos bíblicos suelen estar repletos de este tipo de referencias históricas implícitas, naturales y muy significativas para las lectoras y los lectores de aquel tiempo; y recuperadas para nosotros por el estúdio de las tradiciones. Ahora bien, también debe advertirse ante la tentación de querer ver un símbolo en cada fruta, pelo o piedra que aparezca.

V. 6: La vestimenta llamativa del Bautista también puede tomarse como referencia histórica: así se vestia el profeta Elias (2 Rs 1.8). Esto a su vez se relaciona con la esperanza de la venida de Elias antes del fin (Ml 3.1). De esta manera, el texto nos presenta a un profeta que se vincula con la proximidad del cumplimiento de la promesa de la venida del Senor. La descripción da la impresión de que Marcos podia suponer que sus lectoras y lectores conocían la figura del Bautista.

V. 7: el dicho sobre el más poderoso quiere dejar en claro que Juan no tiene aspiraciones mesiánicas. El público lector del escrito de Marcos debe saberlo de entrada.

V. 8: para la comprensión de este dicho tienen importância algunas palabras veterotestamentarias que vinculan el Espíritu con la purificación (cuyo elemento por excelência es el agua; Ez 36.25-27) y otros, con la acción de fertilizar (Is 44.3). Por su parte, Jl 3.1-2 llegó a ser un texto de importância capital para la comprensión de Pentecostes. En síntesis, en Mc 1.8 se alude a la purificación del pueblo y a su capacitación para la obra de Dios. Y esto será obra de Jesús, no del Bautista. Este solo tiene una función preparatórla, y en esta frase habla explicitamente como profeta.

3. Reflexiones hermenéuticas

Hay una serie de temas esenciales en estos 8 versículos, de los que tomamos apenas dos: La comprensión de evangelio y la implicância de hablar de arrepentimiento.

El mérito fundamental – si se permite ese término – del evangelista Marcos consistió en incluir en la concepción de evangelio toda la etapa de obras y ensenanzas de la vida terrenal de Jesús, ampliando de esta manera una primera comprensión que centraba la proclamación en el anuncio del carácter salvífico de la muerte, resurrección y exaltación de Jesús el Cristo (o Jesucristo). Encarno, por así decir, el final de la vida de Jesús (muerte y resurrección) en los anos que lo antecedieron. A partir de Marcos en adelante, el anuncio de las acciones y enseñanzas de Jesús se concebia como parte inseparable del anuncio salvífico.

Mateo y Lucas, por su parte, profundizaron aún más este panorama, incorporando en sus respectivos escritos todo lo que podían recuperar de las enseñanzas de Jesús. Para ello, combinaron el Evangelio de Marcos con la Fuente de los Dichos (Fuente Q) y otras fuentes peculiares. El resultado final fue la concepción del evangelio tal como la hemos recibido nosotros a través de la predicación y la catequesis.

Es incómodo, peligroso y difícil plantear la necesidad de arrepentimiento a una comunidad religiosa, medianamente segura de si misma, confiada en que tiene una correcta comprensión de Dios y que su manera de vivir corresponde a la voluntad del Senor. Juan el Bautista lo hizo, Jesucristo lo hizo, y ambos se expusieron con ello, arriesgando incluso sus vidas. Pero lo hicieron no por el mero deseo de protestar, sino en vista del proyecto alternativo de Dios.
La iglesia cristiana, si quiere ser fiel a su misión, cuenta para esta tarea con la presencia del Senor a través de su Espíritu. Adviento, antes que un romântico sueño o una época de frenéticos preparativos para la fiesta navideña, ha de ser un momento de profunda revisión de nuestra relación con Dios y con la misión que él nos encarga. La significativa figura del Bautista, las reflexiones del evangelista sobre la preparación de la venida de Jesucristo, el llamado al arrepentimiento, todo ello puede ayudarnos en este proceso.

Camino a la predicación

La teoria homilética insiste en que para la elaboración del sermón debemos elegir un solo tema entre todos los que surjan de su estúdio del texto. Cómo lograrlo, cuando el texto ofrece tantas pistas, todas igualmente importantes e interesantes? Aqui es fundamental el trabajo de reflexión homilética sobre la situación de la comunidad.

Lo que sigue, es apenas un intento en este sentido, a partir del segundo tema hermenêutico.

– Todas las personas, quienes oyen y quienes predican el mensaje, estamos en la misma línea que Juan el Bautista, y somos heraldos de Jesucristo. Nuestra misión es colaborar con el anuncio de su evangelio. Esto es un enorme privilegio, por más dificultades y riesgos que implique.

– El anuncio del evangelio abarca la conciencia y denuncia del pecado personal, comunitário, social y estructural; incluye el anuncio del carácter salvífico de la muerte y resurrección de Jesucristo; y compromete a un tipo de vida diferente – alternativo – frente al común de la sociedad, en seguimiento de Jesucristo.

– Para poner en práctica este anuncio y la vida alternativa, Jesucristo mismo nos da su Espíritu Santo.

4. Bibliografia

AGUIRRE MONASTERIO, Rafael; RODRÍGUEZ CARMONA, Antonio. Evangelios sinópticos y Hechos de los Apóstoles. Estella: Verbo Divino, 1992.
GRUNDMANN, Walter. Das Evangelium nach Markus. 10. Aufl. Berlin: Evangelische Verlagsanstalt, 1989.
SÁNCHES MIELGO, Gerardo. Evangelios sinópticos: planteamientos críticos: mensaje central. Bogotá: Universidad Santo Tomás, 1983.

Proclamar Libertação 28
Editora Sinodal e Escola Superior de Teologia