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Prédica: I Coríntios 12.1,4-11
Leituras: Salmo 113 e João 2.1-12
Autor: Pedro Kalmbach
Data Litúrgica: 2º Domingo após Epifania
Data da Pregação: 18/01/2004
Proclamar Libertação – Volume: XXIX
Tema:

1. Primera impresión y aproximación

Me viene a la mente: cultos de homenaje a personas que se destacaron por su servicio; acciones que pretenden motivar el servicio y que organizan una especie de competencia para ver qué grupo realizó la ayuda más espectacular; los diferentes grupos en una comunidad que realizan orgullosamente sus actividades y esperan ser “aplaudidos” por ello… Deben existir más ejemplos que nos muestran cuántas veces queremos ser nosotros el centro de atención y cuántas veces nos olvidamos que es Dios quien actúa a través nuestro para el servicio a las demás personas y a su Creación.

Me aproximo un poco más al texto: a) Los dones o carismas son dados para servir, para aportar para el bien de todos (12.7; 1 Pe 4.10-11). Ellos no son para competir, ni para creernos o sentirnos mejores que otros (tentaciones muy fuertes en nuestras sociedades). En este sentido, no podemos disponer de ellos como de objetos que pueden ser manipulados a gusto del que los posee (W. Schrage, Der erste Brief…, p. 119, 137). b) Existen diferentes dones y carismas. Estos no dependen necesariamente del estudio ni de las capacidades de la persona. Es Dios quien los otorga a través de su Espíritu. Esto lo hace como él quiere. c) Teniendo en cuenta la época del año eclesiástico (Epifanía=revelación), creo importante considerar los versículos 1 a 3 que señalan la centralidad de Jesús como el Señor (es propio de la religión cristiana que la epifanía de Dios se concentra en la persona de Jesús).

2. Observaciones generales

La comunidad cristiana en Corinto estaba pasando por diversos problemas, entre los que se destaca la división entre los fieles (1 Co 1.10-13, 11.18). Esta división, según José Comblin, tuvo su origen en las dificultades de convivencia entre ricos y pobres (Paulo apóstolo…, p. 126-27). En forma temprana comenzaron a formarse grupos alrededor de diferentes líderes (1 Co 1.12). Pablo, quien había fundado una iglesia integrada mayoritariamente por personas pobres, se empeña por la unidad. Esta unidad no se realiza por acuerdos o por concesiones, sino por la cruz de Cristo. El único Señor a quien los cristianos tienen que seguir es Jesucristo, el salvador y redentor. Y esto puede significar sufrimiento, persecusión y renuncia a ciertos privilegios.

La comunidad en Corinto (ciudad portuaria griega) estaba formada mayoritariamente por personas pobres y simples. Es probable que los fenómenos extáticos, llamativos, espectaculares hayan sido bastante frecuentes en ese medio.

3. Sobre el texto

Pablo comienza este pasaje (v. 1-3) llamando la atención sobre la ambivalencia de las expresiones entusiastas y extáticas. Características de la presencia del Espíritu Santo no son gritos de inspiración o de éxtasis, sino únicamente el contenido de las expresiones del Espíritu. La confesión de que “Jesús es el Señor” (v. 3) es un indicador inconfundible de ello.

Frente a la tendencia presente en la comunidad de Corinto, de considerar las manifestaciones espectaculares y excepcionales como señal de la epifanía y presencia de Dios, Pablo destaca en estos versículos tres puntos:

a – El origen común en Dios de los diferentes “dones”, “servicios” y “manifestaciones de poder” (v. 4-6). Este origen en común no los nivela, pero les da igualdad de importancia. En este sentido, no existe un carisma o don que sea más importante o que esté por encima de otro.

b – Existe una diversidad amplia de carismas y de dones. Estos no se reducen al listado que presenta Pablo (v. 7 y 11) y dependen exclusivamente del criterio de Dios.

c – La finalidad de los carismas es para cumplir una tarea que sea para provecho de toda la comunidad (v. 7) y no para ganarse fama personal. Es decir, ningún don o carisma es válido por sí mismo. En este sentido, los dones de Dios no se dejan privatizar y declararse como propiedad privada, pues todos vienen del mismo Señor y son para el bien de todos.

A partir de los versículos 7 y 11 se entiende que todas las personas reciben algún carisma y éstos no dependen de las posibilidades o fuerzas humanas, sino exclusivamente de quién los otorga. Es la actuación y el deseo del Espíritu que deciden sobre los carismas y dones, porque él realiza y desea lo que Dios desea y realiza (v. 6). Esto no sucede principal y exclusivamente en manifestaciones espectaculares y extáticas. Todos los carismas tienen su origen en el Espíritu (v. 8-11) y como tales no se pueden reducir al listado que presenta Pablo, ya que la actuación del Espíritu no depende de nosotros, sino exclusivamente de Dios.

Según Pablo, el mismo origen de los diferentes dones permite que la diversidad no constituya un obstáculo para la unidad en la comunidad. Teniendo un origen en común y la misma tarea de servir para el bien de todos, no hay motivos para rivalidades, competiciones, supremacías o sentimientos de insatisfacción.

4. Énfasis teológicos

Para la presente época del año eclesiástico, debe ser considerado como centro del pasaje la confesión de que “Cristo es el Señor” (v. 3). Esta confesión marca el cambio de reinado experimentado en la fe y expresado en el bautismo. Bajo el “reinado de Cristo”, es decir, confesando a Cristo como el Señor de todo y sobre todo, los dones y las diferentes manifestaciones de la comunidad y en la comunidad encuentran su legitimidad y apuntan a una meta en común. Confesar a Cristo como el Señor significa reconocer la propia debilidad y el hecho de que los dones y carismas tienen su origen en Dios (a través de su Espíritu) y que éstos no pueden ser separados de él. En este sentido, toda persona que reconoce en Cristo al Señor es portadora de carismas que le son otorgados por el Espíritu de Dios. Esto también se expresa en el bautismo (At 2.38, 19.1-7, Mt 3.16, 1 Co 6.11). Sin embargo, esos carismas no le pertenecen a la persona que los porta y tampoco pueden convertirse en propiedad de nadie (pues dejarían de ser carismas otorgados por el Espíritu). El hecho de que exista el discernimiento de espíritus (v. 10) y tan diversos carismas indica que no existe un monopolio sobre ninguno de ellos.

La sabiduría y el conocimiento “privados” no ayudan a la comunidad, ni al bien de todos. En el espíritu del texto, el bien de todos es cuando cada uno llega a lo suyo (a su derecho), cuando nadie es destacado, privilegiado ni menospreciado.

El texto resalta también la unidad y la diversidad en la iglesia. Estas están dadas por el mismo Espíritu, que es el que le da a cada persona lo que mejor le parece (v. 11). En este sentido me parece importante que en las diferentes iniciativas por la unidad que podamos tener, siempre nos preguntemos por el espíritu que está por detrás del deseo de unidad. Existen muchas razones que pueden impulsarnos a buscar la unidad y que no necesariamente responden al Espíritu de Dios: unión para hacer más número, para impresionar, para adquirir mayor control, etc. El versículo once (11) realiza una preciosa transición para los versículos siguientes (12-31) que hablan de la imagen del cuerpo.

5. Los otros textos

Salmo 113: El Salmo nos recuerda la acción justa, restauradora y benévola de Dios, en especial para con las personas que no son beneficiadas en y por la sociedad. En el centro de todo está Dios mismo que se inclina para mirar el cielo y la tierra.

Juan 2.1-12: El pasaje celebra la revelación de Dios a través de Jesús (Epifanía).

6. Apuntando a la predicación

Propongo tener en cuenta lo siguiente:

– Cada persona que reconoce a Cristo como el Señor recibe dones y carismas que sirven para la edificación de la comunidad y para el bien de todos. Es decir, carismas y dones no son necesaria ni fundamentalmente expresiones espectaculares o milagrosas. Sin embargo, es importante resaltar que no se trata de caer en actitudes farisaicas o heroicas, según las cuales uno mismo se toma como la medida para enjuiciar/valorar a otras personas, o según las cuales uno quiere ser aplaudido y quiere recibir la admiración de los demás. En una sociedad que es competitiva y excluyente por esencia esto es una gran tentación.

– Los dones y carismas que provienen del Espíritu son para el provecho de todos. Pienso, por ejemplo, en los recursos que un grupo de una comunidad puede juntar, o en el salón que logra construir (grupo de mujeres – OASE –, grupo de hombres, grupo de canto etc.) y en los conflictos que se generan en torno al uso de esos recursos. Pienso en los dones y carismas con los cuales es agraciada una comunidad y en las dificultades que tiene para compartirlos con otras comunidades, con otros grupos, con gente necesitada. Pienso en la frágil solidaridad que muchas veces existe entre las comunidades, entre las diferentes iglesias, entre los cristianos en general y de los cristianos para el mundo.

– Como cristianos estamos llamados a hacer constantemente un “examen” de nuestras conciencias para discernir cuál es el espíritu que nos impulsa a actuar. A través del bautismo Dios expresó y expresa su amor incondicional hacia cada persona. Ese amor es el que está en primer lugar de entre los dones (1 Co 13). Lo que importa y debe preocupar es que los dones y carismas son para el provecho de todos.

7. Para la celebración

Colecta: Espíritu de verdad y de buen juicio el único capaz de derrotar los poderes que mantienen a nuestro mundo al borde de la crisis, danos discernimiento para denunciar el mal y conocer el camino que lleva a la paz, por Jesucristo. Amén.

Bendición: Que el Dios de Amor que compartió su amor nos fortalezca para amar a otros. Que el Hijo que compartió su vida Nos dé la gracia de compartir la nuestra. Que el Espíritu Santo que habita en nosotros nos fortalezca para que siempre nos entreguemos a los demás. Amén. (de: Espíritu y verdad: Libro de culto, CMI séptima Asamblea, 1991)

Celebrar la Cena del Señor como expresión de comunión y de unión a través del hecho salvífico de Jesucristo.

Bibliografía

COMBLIN, José. Paulo, apóstolo de Jesus Cristo. Petrópolis: Vozes, 1993.
EHLERT, Heinz. “Meditação sobre 1 Coríntios 12.1,4-11”. In: Proclamar Libertação. Vol. XVII, São Leopoldo, 1997.
MOSIG, Otto. “Meditação sobre 1 Coríntios 12.1-11”. In: VICEDOM, G. F. (Hsg.). Gepredigt den Völkern. Vol. II, Breklum: Chr. Jensen Verlag, 1967.
SCHRAGE, Wolfgang. Der erste Brief an die Korinther. Vol. III. Zürich, D’dorf: Benziger; Neukirchen-Vluyn: Neukirchener Verlag, 1999.

Proclamar Libertação 29
Editora Sinodal e Escola Superior de Teologia