Prédica: Romanos 8.31b-39
Autor: Jürgen Denker
Data Litúrgica: Véspera de Ano Novo
Data da Pregação: 31/12/1985
Proclamar Libertação – Volume: XI
I — Asociaciones
1. Todo estaba listo. El lunes iba a comenzar a funcionar el pequeño jardín infantil en el barrio. Todas Ias casas ahí eran de construcciones modestas y frágiles. Muchas madres necesitaban trabajary no tenían donde dejar a sus niños. Con sus propios recursos, pocos y limitados, los hermanos habían puesto un piso de concreto, conseguido madera y hecho sillas para los pequenos. Tanto empeño, tanto para preparar — y el viernes llego el agua. Llovió torrencialmente por más de 24 horas. Inundió todo. Arca de Noé era el nombre previsto para el jardín de infantes. Claro que a los hermanos ya no les gustaba más este nombre. Pero no se dejaron vencer por el agua. Nada los podia separar del amor de Dios. Y asi decidieron hacer frente a la primera necesidad que surgió a raiz de la inundación: Instalaron un comedor infantil. ¿Y el nombre? ¿Podría ser La barca del mar de Galilea?
2. Bien sé yo que mi Defensor está vivo,
y que él, el último, se levantará sobre la tierra.
Después con mi piel me cubrirá de nuevo,
y con mi carne veré a Dios.
Yo, si, yo mismo Io veré,
le mirarán mis ojos, no los de otro. (Job 19.25-27)
II — Interpretación
1. El texto
Si Dios está por nosotros,
¿quién contra nosotros?
El que no protegió ni a su propio hijo,
sino que Io entrego por todos nosotros,
¿cómo no nos dará con él todas Ias cosas regaladas?
¿Quíén podrá acusar a los escogidos de Dios?
Es Dios quien administra la justicia.
¿Quién podrá condenar?
Jesucristo, el que murió, más aún, el que resucitó,
está a la derecha de Dios
e intercede por nosotros.
¿Quién nos podrà separar del amor de Cristo?
¿Tribulación o angustia?
¿Persecución o hambre o desnudez? ?
Peligro o espada?
Es como está escrito:
Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
somos tratados como ovejas destinadas al matadero.
Pero:
En todo esto triunfamos
gracias a aquél que nos amo.
Pues estoy seguro:
Ni la muerte, ni la vida,
ni ángeles, ni principados,
ni Io presente, ni Io venidero,
ni Ias potestades, ni Io alto, ni Io profundo,
ni otra criatura alguna
nos podrá separar del amor de Dios
que está en Cristo Jesús, Señor nuestro.
2. El bosquejo
La subdivisión no es del todo clara. En el v. 35 parece comenzar una nueva unidad. Es verdad que el v. 35 es introducido por el mismo pronombre interrogativo como en los vv. 33 y 34. Pero Ia repetición del giro separar-nos del amor en el v. 39 muestra que los vv. 35-39 forman una unidad. La fórmula HYPER HYMON (por nosotros), en cambio, es repetida solamente en 31b-34. Estos versículos se caracterizan por el gran número de preguntas, los vv. 35-39 por los catálogos de sufrimientos y de poderes astrales. Las respuestas en la primera unidad son cortas en comparación con la contestación en la segunda parte.
La relación entre 31 b-34 y 35-39 es problemática. ¿Es que los vv.35-39 pretenden ilustrar la afirmación que implica la pregunta retórica del v. 31 b desde una perspectiva diferente? ¿O señalan una progresión en el pensamiento? La última proposición es desarrollada por Balz (p. 118):
1era parte: Plena justificación (31b-34)
Tema: Si Dios está por nosotros… (31 b)
a. Dios por nosotros: Su acción de amor que otorga todo (32)
b. ¿Quién contra nosotros? — ¿Quién podrá acusar? (33)
— ¿Quién podrá condenar? (34)
2da parte: Plena glorificación
Tema: ¿Quién nos podrá separar del amor de Dios?(35a)
a. No Io pueden hacer los peligros y Ias calamidades dela existencia escatológica en el mundo (35b-36)
b. El amor de Cristo nos hace triunfar (37)
c. Tampoco los poderes podrán hacer frente al amor de Dios (38-39).
La alternativa puede arrancar del v.31 b. Los vv. 31b-34 desarroIlarían el tema: Si Dios está por nosotros, los vv. 35-39 el tema: ¿Quién contra nosotros?.
Resultaria el siguiente esquema:
1. La opción de Dios por los creyentes es completa e inalterable (31b-32)
Dios no aceptará ni acusaciones ni condenaciones de los suyos (33-34)
2. Nada puede separar del amor de Dios
a. ni los sufrimientos (35-37)
b. ni los poderes del mundo (38-39)
3. Tradiciones
El texto es rico en material tradicional.
Referencias al Antiguo Testamento se encuentran en:
v. 32: Gn 22.16 (Abrahám no ha negado su único hijo a Dios).
v. 33: Is 50.8; talvez los vv. 33 y 34 han sido formulados en consciente alusión a Is 50.8s, pues ambos textos aluden a Ia situación forense y también se estructuran sobre Ia secuencia acusar-condenar.
v. 36: Salmo 43.23 en Ia versión de los Setenta.
Material litúrgico-catequético se encuentra en:
v. 32: La fórmula de Ia entrega del hijo (cf. Rm 4.25).
v. 34: La referencia a Ia muerte/resurrección de Jesus (cf. 1 Cor 15.3—5a) y a su participación en el trono divino según Salmo 110.1 (cf p.ej. 1 Pd 3.22).
v. 38: La referencia a muerte y vida, Io presente y Io venidero también se encuentra en el catálogo de 1 Cor 3.22.
Animado por tantas referencias y formulaciones tradicionales muchas veces se ha tratado de mostrar que Pablo cita aqui una tradición. Pero el estilo retórico de Ia diatriba hace difícil comprabar esta idea. De todos modos, Pablo se expresa en forma litúrgica-hímnica. Este estilo se debe a Ias intenciones de comunicación de Pablo. Con estas palabras él termina Ia argumentación que viene desarrollando desde 5.1: Tenemos paz con Dios a pesar de que todavia persistan poderes esclavizantes, muerte, pecado y ley. Con su conclusión Pablo quiere dejar asentada bien firme esta convicción en el corazón de sus lectores oyentes. Por eso usa un lenguaje bien conocido y altamente emotivo. El oyente que escucha estas palavras se sentirá en plena harmonia con el mundo de sus conocimientos.
4. Observaciones exegéticas
TA PANTA (v. 32) puede señalar el universo — especialmente con el artículo. En este caso Pablo se haría eco de Ia esperanza cristiana primitiva de que los cristianos irían a participar del reinado de Dios (cf. Rm 5.17; Apc 20.4). La oposición a los poderes del mundo en v. 39 podría señalar un significado más marcado a estas expectativas.
Se discute si Ia segunda parte de los vv. 33 y 34 debe ser comprendida como afirmación o pregunta. La traducción muestra nuestra opción. Si se formula como pregunta, Dios y Cristo aparecerían como adversários del creyente, aunque solo potencialmente. Toda Ia argumentación de Rm 5-8, empero, muestra como Ia presencia salvífica de Dios es real a pesar de Ias fuerzas adversas. Así Ia forma afirmativa resume Ia argumentación de Pablo con fuerza.
La pregunta del v. 35 no es retórica. En Ias preguntas de los vv. 33 y 34 Ia respuesta era nadie. A partir del v. 35 Pablo enumera posibles fuerzas adversas al creyente. La selección de los sufrimientos se debe a Ia experiencia cristiana: Son los pedecimientos que sufre el cristiano siguiendo a Jesús en el camino de Ia cruz: Por causa de ti somos muertos…. La cita del SI 43.23 — usada para Ia descripción del martírio del piadoso en Ia teologia rabínica — muestra Ia necesidad de estas penúrias, Ia correspondência a Ia voluntad de Dios. Dentro del horizonte apocalíptico del pensamiento de Pablo estos sufrimientos no son simplemente una prueba para los cristianos. Son expresión de Ia lucha contra los poderes que buscan esclavizar al mundo y que Io hacen caer en el caos por Ia lucha interna de los propios poderes. El domínio de ellos sobre el mundo es Io aparente, pero no Io verdadero. Pues ellos han sido vencidos en Ia cruz por aquél que nos amo (aoristo!). Así Cristo también acaba con el caos reconciliando el universo para él (Col 1.20). Llama Ia atención que estos poderes son fuerzas cósmicas personalizados (también Io son Io alto y Io profundo, pues se refieren a Ias estreitas = poderes astrales en su relación al cenit); mientras que nosotros consideramos que el mundo es movido por un conjunto de fuerzas impersonales, Ias leyes naturales, el apocalíptico ve en todo eso Ia acción de poderes naturales, pero personalizados. También el ser humano es dirigido por aquellos poderes. Cristo ha liberado al hombre de aquellos, pero no para libertinaje; el creyente tendrá un nuevo amo: Cristo, al que sirve en Ia tarea de Ia reconciliación. Así, dentro del infierno del caos producido por los poderes, en el creyente y su comunidad está obrando el poder de aquél que reconcilia todo en todo.
III — Reflexión
La víspera del Año Nuevo está cargada de muchos costumbres y grandes expectativas. Aqui en Buenos Aires todos buscan presenciar el advenimiento del Año Nuevo en un baile, en compartia de Ia família y de los amigos, en una cena, talvez de fiesta, con comidas tradicionales para esta oportunidad, sea en Ia casa o fuera de ella. Se desarrolla una intensa vida social. Mientras que Ia vivencia de Ia fiesta de Navidad reviste rasgos de una religiosidad popular caracterizada por el encuentro con Io sacral, Ias actividades de Ia víspera de Año Nuevo no pueden ser calificadas como religiosidad popular. Son meras costumbres. Pero, creo, están muy cerca de aquéllo que constituiria Ia mentalidad de Ia religiosidad popular. Es Ia fiesta cuya temática es el tiempo, el pecado con sus logros y fracasos, fijo, invariable, inalienablemente parte de nosotros con su alegria y sy culpa; y el futuro con toda su inseguridad, con su poder del cual no se puede disponer, que toma posesión de nosotros invariablemente. Hay cierto sentido de impotencia que se hace sentir especialmente ese dia. De ahí los saludos ruidosos y los buenos deseos para que todo vaya bién, que el amigo tenga êxito. Y sin embargo, cada uno sabe de Ia ambigüedad de Ia vida. Pero no quiere tocar los temas dolorosos; se los elimina de Ia superficie, pero permanecen latentes.
Creo que el sermón puede ayudar a profundizar Ia comprensión de nuestra vida. La prédica tiene Ia ventaja de poder hablar claramente de los temores. Para Ia mente que busca evitar los males y acomodar-se, Ias calamidades de Ia vida no encuentran un lugar, ní tienen sentido. En Ia vivencia cristiana estas tienen su lugar, aunque no un sentido. Pienso que Tillich (Sentido, p. 167s) ha dicho muy bien como Ia fé cristiana ha incorporado Ia experiencia dolorosa sin caeren fatalismo o inactividad apática: (La providencia) no es, ciertamente, una vaga promesa de que, con Ia ayuda de Dios, todo acabará bien: son muchas las cosas que acaban mal. Y tampoco es el derecho de conservar Ia esperanza en todas las circunstancias: hay circunstancias en Ias que no puede existir esperanza alguna. Ni menos aún equivale a Ia anticipación de una época de Ia historia en Ia que Ia divina providencia será demonstrada manifiestamente por la felicidad y el bienestar de los seres humanos: en ninguna generación Ia divina providencia ha sido menos paradójica de Io que Io es en Ia nuestra. Muy al contrario, el contenido de Ia fe en Ia providencia es este: cuando Ia muerte Ilueve del cielo como ahora, cuando Ia crueldad impera sobre naciones e indivíduos como ahora, cuando el hambre y Ia persecución empujan a millones de seres humanos de un lugar a otro como ahora, y cuando en Ias cárceles y ghettos de todo el mundo se corrompe Ia humanidad de los cuerpos y de Ias almas de los hombres como ahora — nosotros podemos alardear de que en este momento, precisamente en este momento, ninguno de estos horrores nos puede separar del amor de Dios. En este sentido, y solo en este sentido, absolutamente todas Ias cosas colaboran en el bien, en el bien último, el amor eterno y el reino de Dios. La fe en Ia divina providencia es creer que nada puede impedimos que realicemos el sentido último de nuestra existência… Providencia quiere decir que toda situación implica una posibilidad creadora y salvadora, posibilidad que ningún acontecimiento puede destruir. La providencia significa que Ias fuerzas demoníacas y destructoras que existen en nosotros mismos y en nuestro mundo, jamás ejercerán un domínio indestructible sobre nosotros, y que el vínculo que nos une al amor en que nos plenificamos, nunca podrá ser roto.
Cada uno vá a actualizar los poderes mencionados por Pablo de manera diferente. Se puede pensar en catástrofes como inundaciones, terremotos o sequías. Se puede pensar en poderes políticos, sean estos personas o estructuras. Tillich ha propuesto una tipología interesante: Los poderes de los vv. 38 y 39 tendrían una cara ambivalente, su poder puede ser de bendición o de destrucción. Con esta interpretación retoma por un lado la idea del gobierno de los poderes, y por el otro lado, Ia idea de que Ia actuación de estos produce un caos. Así TiIlich presenta la ambigüedad del amor (ángeles), del poder (principados), y del saber (potestades); habla de los momentos de Ia victoria (Io alto) y de Ia derrota (Io profundo), que no pueden separamos de Dios como tampoco la seducción del presente o el temor ante lo desconocido del futuro. Tillich (Principados, p. 75s) resume: La vida, tanto personal como histórica, es un proceso creador y destructor, en el que la libertad y el destino, el azar y Ia necesidad, Ia responsabilidad y Ia tragédia, se mezclan inextricablemente en toda cosa y en todo momento.
Estas tensiones, ambigüedades y conflictos hacen que Ia vida sea Io que es; crean Ia fascinación y el horror que Ia vida nos inspira; y nos inducen a formular la pregunta de si es posible un coraje que sea capaz de aceptar Ia vida sin ser por ella vencido… Esta fuerza Pablo Ia Ilama amor de Dios. Y este amor está por encima de la imagen angélico-diabólica del amor… Este amor es el poder supremo de unir, Ia victoria suprema sobre Ia separación. El hecho de estar unidos a esteamor nos permite elevamos sobre Ia vida sin dejar de estar en medio de ella. Nos permite aceptar Ia doble faz de Ia vida, es decir, su fascinación y su congoja, su gloria y su horror. Nos conf iere Ia certeza de que no puede darse ningún momento que nos impida alcanzar Ia plenitud hacia Ia que tiende toda la vida.
IV — Predicación
Las palabras de Pablo son tan poderosas que uno puede sentir-se desalentado de predicar sobre ellas y talvez destruir su impacto. Talvez el sermón no debería comenzar, sino finalizar con la lectura del texto. Después se podría dar Ia oportunidad para una meditación silenciosa. Otra posibilidad de mantener presente Ia fuerza poética de estas palabras seria la exhibición de los vv. 38y 39 en un lugar bien visible para todos, en letras grandes y artísticas.
Normalmente uno comenzaría su sermón con una denuncia de los poderes de Ia muerte, con un análisis de Ia situación caótica o con una descripción de los sufrimientos de Ia vida. Pero es interesante notar que Pablo no argumenta a partir de una liberación a ser alcanzada, sino que Pablo fundamenta su resistência en Ia libertad cristiana. Käsemann (p. 236) dice: El amor de Dios es aquél que protege Ia nueva creación con el poder de Ia resurrección y Ia capacitad para Ia resistencia.
Así yo comenzaría el sermón con una experiencia del año pasado en que se hizo manifiesto el amor de Dios y Ia imposibilidad de una separación. Continuaría con la acción fundante de Dios que da Ia libertad a los creyentes en Ia cruz y en Ia resurrección de Jesús. Después hablaría del poder seductor de Ias potencias según Ia tipología de Tillich mostrando Ia libertad cristiana para resistir las fuerzas del caos. De ahí el sermón puede concluiren forma natural con la lectura del texto.
V — Subsídios litúrgicos
1. Confesión de pecado: Padre, en tus manos está todo lo que hay y todo lo que ocurre. Pero nosotros no lo vemos porque ante los problemas que nos agobian se desvanece nuestra fe. Así hemos faltado, al no acoger, meditar y poner en práctica tu palabra, al dar a nuestros temores un lugar decisivo, al olvidamos de nuestro hermano en necesidad. Hemos usado mal Ia libertad que tu nos hás dado para el bien de nosotros y de nuestro mundo, cuando hemos buscado nuestra ventaja, sitiados por el temor de perder. Te pedimos, Padre, seas compasivo con nostros: Ten piedad de nosotros, Señor.
2. Oración de colecta: Padre, hoy te agradecemos: por un año rico en alegria y gozo, rico en experiencias de comunidad, rico en muestras de protección… También te agradecemos por los momentos difíciles y dolorosos, por Ias pruebas y los enigmas de nuestra vida. En todo eso vemos tu gloria y majestad, tu proximidad y compasión. Te pedimos nos hagas acoger tu palabra para que podamos volver a casa y emprender el año nuevo con la seguridad de que nada puede separar-nos de tu amor.
3. Oración de intercesión: Señor de mis horas y años, me has dado mucho tiempo. Está detrás de mi, y está ante mi. Era mio y será mío y yo lo recibo de ti. Te doy gracias por cada hora y por cada mañana que veo. No te pido que me concedas más tiempo. Pero si, te pido mucha consideración para llenar cada hora con tus pensamientos sobre mi. Te pido que me dejes algo de tiempo, libre de ordenes y obligaciones, un poco de tiempo para el silencio, un poco de tiempo para el juego, un poco de tiempo para los seres humanos que viven conmigo y necesitan a un consolador. Te pido que me des el cuidado por el tiempo que me diste, para que no Io desperdicie. Cada hora es como un pedazo de tierra. Quisiera sembrarla, arrojar amor en ella, pensamientos y conversaciones, para que crezca el fruto. Señor, bendice tu mi dia (Zink, p. 79).
VI — Bibliografia
– BALZ, H. R. Heilsvertrauen und Welterfahrung. München, 1971.
– KÄSEMANN, E. An die Römer. Tübingen, 1974.
– MALSCHITZKY, H. Quer seja oportuno, quer não. En: Proclamar Libertação, Vol. IX. São Leopoldo, 1983.
– TILLICH, P. Principados y Poderes. En: El Nuevo Ser. Barcelona, 1973.
– TILLICH, P. El sentido de Ia providencia. En: Se conmueven los cimientos de Ia tierra. Barcelona, 1968.
– VOIGT, G. Meditación sobre Rm 8.31b-39. En: Das heilige Volk. Göttingen, 1979.
– WILCKENS, U. Der Brief an die Römer. Vol. 2. Neukirchen-VIvyn, 1980.
– ZINK, J. Como podemos orar. Bilbao, 1971.