Prédica: Marcos 16.9-14 (15-20)
Autor: Eugênio Araya
Data Litúrgica: Domingo Quasimodogeniti
Data da Pregação: 02/04/1988
Proclamar Libertação – Volume: XIV
l – El texto
No quisiera entrar a explicar todo el problema del texto llamado el final canónico y los finales del Evangelio de San Marcos, personalmente me quedo con la tesis de Taylor, y con lo que muchos concuerdan, entre ellos Schlatter, que este final podría datar de una fecha no anterior al siglo II y de que se encuentra relacionado con otras tradiciones primitivas distintas a las que sigue Marcos. Quien se interese puede mirar cualquier tratado sobre Marcos, aún ver el v. VIII, p. 173 de esta colección PROCLAMAR LIBERTAÇÃO, al trabajo del Pastor Carlos Musskopf.
Nos limitaremos a dar algunas explicaciones necesarias para la meditación del texto y su ayuda a la predicación.
Este trozo del Evangelio se puede dividir en cuatro secciones:
1. La aparición del Señor resucitado a Maria Magdalena (9-11)
2. La aparición del Señor resucitado a los once (14-18)
3. La ascensión
4. El comienzo de la predicación del Evangelio por todo el mundo.
1. La aparición a Maria Magdalena
El autor de este texto utiliza la tradición lucana o jaónica por su estilo y lenguaje. La información que se da de la resurrección del Señor es muy débil. Se aparece a Maria Magdalena, quien a su vez, vá a contar le a los discípulos de Jesús quienes no creen la noticia.
La frase que encontramos en el v. 9, habiendo resucitado Jesús que vá a contrastar con el v. 6 que está en forma pasiva El verbo griego, hace pensar que cuando se escribió esta parte se ha desarrollado más una doctrina de Cristo, una cristología de la Iglesia Primitiva en donde la acción de la resurrección no es achacada tanto al Padre como al mismo Cristo.
El v. 10 describe a los discípulos en un estado de desesperación y de luto. Ellos, decididamente parecen no esperar la resurrección. Para ellos no ha ocurrido la Pascua y continúan en el Viernes Santo.
En el v. 11 se habla de que los discípulos, sencillamente no le creyeron la historia de la resurrección del Cristo contada por Maria Magdalena. Resulta interesante que Jesús resucitado se presenta primeiro a una mujer, de mala reputación, quien cree inmediatamente y vá a ser la primera en proclamar la buena nueva de la resurrección.
2. La aparición a los dos que iban en el camino
Indudablemente que hay una gran similitud con la historia contada por Lucas en su capítulo 24 sobre la aparición de Jesús a los discípulos que iban por el camino a Emaús. Vuelve a insistirse en la incredulidad de los discípulos, pues los dos van a contar la historia del Resucitado y tampoco a ellos les creen, similar con lo que sucedió con Maria Magdalena.
3. La aparición a los once
La escena es muy similar a la que narran los otros evangelistas, pero en el v. 14 se marca mucho la reprimenda de Jesús por su incredulidad: y les reprendió por su incredulidad. Es la misma palabra que Marcos coloca en 15.32 a los otros crucificados que insultaban a Jesús: También los que estaban crucificados con él le injuriaban. Así que se podría traducir que Jesús sencillamente los insulto por su incredulidad. Hay comentaristas de los viejos tiempos que trataron de suavizar esta expresión, como siempre ocurre en los Evangelios cuando Jesús habla fuertemente y enojado.
Interesante es anotar aqui lo que el teólogo católico Juan Mateos dice al respecto. Hablando de los discípulos y los doce, dice: Ambas expresiones denotan a los seguidores de Jesús provenientes del Israel institucional, pero cada uno bajo un aspecto diferente: los discípulos, en cuanto son israelitas que se han comprometido a seguir a Jesús; los doce en cuanto constituyen el Israel escatológico en quien se cumplen las promesas y al que se asigna una misión.
Estos once (parte de la totalidad que ha perdido un miembro) a pesar de su papel escatológico asignado por Dios provienen del Israel institucional y en su mente no entra el concepto de resurrección individual.
El v. 15 es parecido a la narración de Mateo (28.18-20) del proclamación por todo el mundo (todo el mundo según Marcos; todas las naciones según Mateo). Agregando (v. 16) el que cree. . . que según V. Taylor se puede referir a una confesión bautismal (p. 612). Vv. 17-18 se habla de los signos que parecen tener una referencia al escatón realizado. Parece indudable que en el Evangelio de Marcos se identifica Dios y el Reino de Dios. Al comenzar predicando la cercania del Reino de Dios se está refiriendo a la cercania de Dios a los hombres.
4. Ascensión e inícios de la misión
Esta parte al igual que en el Evangelio de Lucas se habla de la exaltación de Jesús a la gloria celestial. El v. 20 se refiere a la salida de Jerusalén con el fin de ir a predicar el Evangelio a todas partes.
II – Meditación
Esta meditación que se realiza en el primer domingo después de Pascua de resurrección debe tener relación con la festividad (la época litúrgica que se celebra la mayor fiesta cristiana), y con los otros textos que acompañan esta lectura.
El Evangelio del dia está tomado de Juan 20.19-29, en donde se narra la incredulidad de Tomás y el reproche de Jesús y la bendición para aquellos que sin haber visto han creído. La Epístola tomada de l Pedro 1.3-9 nos habla de la fe y Ias pruebas de la fe que la fortalecen. Y tienen estos textos directa relación con la amonestación del Señor a los discípulos que se negaban a creer en la resurrección.
Esto también se combina con otra lectura para ese domingo de Quasimodogeniti, el texto de Pablo a los Colosenses (2.1-14) en donde el Apóstol le dice a los cristianos de esa comunidad que la acción de Cristo (la resurrección) realizada por el poder de Dios es absolutamente vital para nuestras vidas. No es algo que quedo en el pasado ni que cuelga en un futuro incierto, sino que acontece hoy, a cada momento. Que la resurrección significa haber resucitado junto con Cristo, haber pasado de la muerte a la vida, usando las palabras de San Juan. Pero para vivir la resurrección es necesario creer, tener fe. Es imprescindible confiar en Cristo Jesús. Quien coloca su confianza en Cristo tiene vida y vida eterna. Su vida tiene sentido. Si no, se vivirá igual que esos pobres discípulos del Senõr que estaban aterrados y no querían creer que la historia de Jesús no terminaba en el Calvário.
En este texto, supuestamente de Marcos, el Senõr se muestra muy duro con sus discípulos. Es comprensible si es una redacción del siglo II, en donde se está viviendo una realidad diferente, desde el punto de vista de la fe, a la que vivieron los hombres que acompanaron a Jesús. En el siglo II los cristianos ya han sufrido varias persecuciones por su fe, por la fe en el Resucitado. Y es comprensible, entonces, que Jesús insulte a los hombres que no creen en él. Los hombres contemporáneos de este texto ya han conocido el martírio por confesar que el Senõr resucitó. Pero los hombres que andaban con el Galileo habían tenido una experiencia diferente. Ellos siguieron a Jesús pensando, con casi total seguridad, que era un dirigente político-religioso. Un enviado de Dios, pero dificilmente han creído que era el Mesías, Dios hecho hombre. Se desilusionaron de él porque no iba a realizar la revolución que liberaria a Israel de las garras del Império Romano.
Posiblemente Judas Iscariote haya sido un zelote y vio que Jesús desviaba el movimiento revolucionário. Lo considero utilizando frases actuales un revisionista que traicionaba el movimiento popular y lo acuso a los sacerdotes para impedir este fracaso de la revolución. Quizás haya sido Judas el primero que tomo conciencia de que Jesús era el Mesías y su suicídio sea la más trágica confesión cristológica, y la primera que tenemos. Pedro también se considera traicionado por Jesús. El esperaba la revolución y cuando llegan los soldados a detener a Jesús en el huerto, él saca la espada y ataca. A lo mejor esperaba que Jesús diera la orden de ataque para comenzar la revuelta. Y Jesús le ordena guardar la espada. Pedro se desilusiona, de tal forma que llega a decir que no conoce a Jesús, no por miedo sino por desilusión. El esperaba otra cosa, ese hombre como aparece ahora, es simplemente un desconocido.
Pero resulta que el hombre que siguieron y que después abandonaron desilusionados, era mucho más de lo que ellos esperaban: era el Mesías, era Dios mismo que se había hecho hombre. ¡Costaba creerlo! Los judios no identificaban al Siervo Sufriente con el Mesías — ¿en Efraín? posible pero no seguro. La explicación de Jesús a los peregrinos de Emaús se debe a una relectura hecha por los cristianos del Antiguo Testamento después de creer en la resurrección de Jesús. Pero los hombres de esa época no esperaban la resurrección de Jesús, ni en sus cabezas estaba la idea de una resurrección individual. Parece que es correcto preguntarse: ¿Tomás creyó en la resurrección porque vió las marcas de la pasión en el cuerpo de Jesús, o vió las marcas y huellas de la pasión y al Resucitado porque tuvo fe y confio en Cristo?
Ill — La predicación
Hay, me parece, tres temas que se pueden escoger para ser tratados en la predicación:
a) La resurrección;
b) el Bautismo y
c) la fe.
Y estos tres temas seu pueden unir entre si.
El texto da, como dijimos, poca información de la resurrección, pero hace hincapié en la proclamación de la resurrección. Primeiro es Maria Magdalena y después son los dos discípulos en el camino que irán a proclamar que Jesús ha resucitado. Y se nota que el no creer en la resurrección lleva a vivir la no-vida, como los otros once que estaban entristecidos y de luto, viviendo como los muertos, afligidos y llorando. Por no confiar en Cristo y en su resurrección no participaban de la alegria que ella trae. La resurrección afecta a nuestras vidas si nosotros creemos en ella. La resurrección no es un hecho dramático ocurrido en el pasado, sino que está sucediendo en la actualidad. El que cree vivirá y tendrá salvación. Es una opción nuestra, de fe, el creer. Es poner en movimiento el don que Dios nos hace por su gracia de que podamos tener fe y poner nuestra confianza en Cristo. Y en esto el texto se relaciona con el texto de Pablo para este domingo (Cl 2.12-15). Antes no vivían los colosenses por la incircuncisión de su carne, es decir, por su separación de Cristo, simplemente vegetaban. Ahora tienen vida. Y si en el Bautismo murieron han resucitado junto con Cristo. El que creyere y fuere bautizado se salvará (v. 16). El Bautismo es una acción escatológica de Dios en nosotros. Ya la resurrección se ha producido en nosotros. Es el don de la fe. Esa esperanza contra toda esperanza. Ese confiar a pesar de la experiência, a pesar de no sentir o de experimentar lo adverso. Es el riesgo que no es a ciegas, sino que es el riesgo con Cristo. Y que con Cristo nos permite pasar todas las pruebas que tenemos que sufrir porque el dolor es un signo del cristiano en esta vida. Pero es un dolor soportable porque se está con Cristo.
Interesante es poder conectar el v. 19 de la elevación al cielo de Jesús con los que el apóstol Pablo dice en Cl 2.15, en donde se habla de que despojo a las potestades y principados, tal como fue él despojado en la cruz y los exhibió al mundo. En varias versiones de este trozo se dice que es para avergonzarlos, pero otra versión puede ser que Cristo triunfa sobre estas potestades, que se oponen a la vida en plenitud, y al vencer lo con su derrota los coloca, junto a él, en el desfile de la victoria y los derrotados pasan a ser vencedores. Es la misma idea de la actitud de Cristo con los once, que los insulta por su incredulidad, pero no por eso los echa de su lado, sino que por el contrario les encarga difundir la Buena Nueva de la salvación. Los hace así copartícipe de su victoria. Dios triunfa después de haber sido derrotado. Victor quia victima (Victorioso por ser víctima!) Dios a diferencia de los vencedores humanos no humilla a su antiguo enemigo sino que lo conquista por medio de su amor.
Seria conveniente no hacer una predicación triunfalista y recordar que la resurrección es el efecto de la cruz, pero que la cruz no significa muerte sino vida y una vida en plenitud. Que Dios triunfa no por lo que nosotros llamamos poder sino por lo que llamamos debilidad.
IV — Subsídios litúrgicos
1. Confesión de pecados: Señor Dios y Padre nuestro, unidos hoy y frente a tu presencia reconocemos nuestra permanente falta de fe. No confiamos en ti a pesar de estar siempre afirmando que creemos y que somos tus discípulos. Ponemos nuestra confianza en otros poderes que consideramos más importantes y en donde nosotros estamos colocados en el centro. Nos olvidamos permanentemente que tu está interesado en nosotros. Y negamos con nuestra actitud la invitación que nuestro Señor Jesucristo nos hace amarte con todo nuestro corazón y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Vivimos lejos de tu Evangelio sumido en este mundo de la libre competência en donde el otro no es mi hermano sino mi rival. Dios nuestro, danos tu Espíritu Santo para que nos ilumine, danos tu perdón para poder cambiar nuestras vidas y enséñanos a reconocer a tu Hijo en todos aquellos que están sufriendo en nuestra comunidad, que necesitan de nuestra companía, de nuestro consuelo, de nuestro amor. Enséñanos que la resurrección ya ha comenzado para nosotros y perdona nuestra incredulidad. Por el mismo Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor. Amén.
2. Oración de colecta: Señor Dios Padre celestial, te damos gracias por el don de tu amado Hijo Jesuscristo y te pedimos que ilumines nuestro entendimiento para que podamos captar en toda su grandeza lo que significa para nosotros que haya resucitado y que hoy viva junto con nosotros y que nos comunique esa vida llena de sentido que hace que nuestras vidas adquieran sentido dentro de este mundo que proclama la muerte y el temor. Ayúdanos para que al igual que esa mujer pecadora y esos discípulos que iban solitários en el camino comprendamos el valor de la resurrección y la proclamemos por todas partes. Te damos gracias por tu amor y tu perdón y te pedimos que siempre nos sostengas en tu misericórdia. Por Jesuscristo nuestro Señor que contigo y con el Espíritu Santo, un solo Dios, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
3. Oración general: Amado Padre celestial. Te pedimos que envies tu Santo Espíritu sobre nosotros para que podamos comprender el mensaje de amor de tu Hijo Jesucristo y podamos ponerlo en práctica. Perdona nuestra dureza de entendimiento y nuestra incredulidad. Es tan fácil decir que somos cristianos pero es imposible vivir como tales si tu no nos auxilias. Danos capacidad para poder amar a los que nos rodean, por difícil que sea, y entender que tu vences por medio de la debilidad como lo hizo nuestro Señor Jesucristo quien venció a la muerte muriendo en la cruz. Ayúdanos a entender que juntos con él hemos ya pasado a la vida eterna, vida plena en comunión contigo, Dios uno y trino. Danos la fuerza necesaria para seguir a tu Hijo Jesucristo y ser de esa manera luz del mundo y sal de la tierra. Enséñanos a ser herramientas útiles en la proclamación de tu Reino y utilízanos. Te lo pedimos en el nombre de nuestro Señor y Salvador, tu Hijo amado Jesucristo quien se hizo igual a nosotros los hombres pero obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Amén.
V — Bibliografia
– TAYLOR, V. The Gospel according to St. Mark.London, 1955.
– MARXEN, W. El evangelista Marcos. Estúdio sobre la historia de la redacción del Evangelio. Salamanca, 1981.
– MATEOS, J. Los Doce y los otros seguidores de Jesús en el Evangelio de Marcos. Madrid, 1982.
– SCHABERT, A. Das Markus-Evangelium, München, 1964.
– SCHLATTER, A. Die Evangelien nach Markus und Lukas. In: Erläuterungen zum Neuen Testament. Berlin (RDA), 1977. V. 2.