Prédica: Marcos 9.30-37
Leituras: Jeremias 11.18-20 e Tiago 3.16-4.6
Autor: Mercedes L. Garcia
Data Litúrgica: 18º Domingo após Pentecostes
Data da Pregação: 11/10/1991
Proclamar Libertação – Volume: XVI
1. Introducción
18° Domingo después de Pentecostes, ya se vá terminando el ano eclesiástico. Nos vamos acercando al Adviento, la Venida del Señor, al Reino que se hace presente. Al mismo tiempo, estos son los domingos de la Iglesia, los domingos de la misión, el tiempo de proclamar la liberación hasta que ya no haga falta proclamarla.
En general, en nuestras parroquias e congregaciones son esos domingos que no dicen mucho, que no se distinguen, muchas veces resultan monótonos. A menos que estén marcados por otros acontecimientos, tales como Día de la Reforma, fiestas de Primera Comunión, Confirmación, primavera, etc. Para ser sinceros debemos comenzar por confesar que nosotros mismos, pastores y laicos encargados de la dirección del culto, hemos fallado en hacer de estos domingos, fiestas de la Iglesia, de la fe, de la comunidad o como querramos llamarlas. Podremos encontrar formas litúrgicas, pensamientos, símbolos que nos ayuden en este camino?
El uso del leccionario es, a mi ver, una buena oportunidad para ello, aunque tampoco es el Paraíso por si solo. Nos da la posibilidad de relacionar textos, buscando temas para el día, hilos que puedan motivar un interés y servir de asunto de meditación durante la semana entera. Estamos, pues, en una época eclesiástica que, por ser la época común, nos da el tiempo para reflexionar sobre la Iglesia, su testimonio como parte del Reino, su rol como instrumento del Señor. Demos gracias a Dios por este privilegio y roguemos que nos guie cuando meditamos su Palabra, para que El hable por medio nuestro.
2. El texto
2.1. Marcos
En este Evangelio, entre 8:27 y 10:52, estamos camino de Jerusalem, hacia la cruz. Nuestro texto es, pues, parte del camino. Jesús se mueve por las afueras de Galilea, oculto a las multitudes y ensenando a sus discípulos. Este camino que ha emprendido es el final de su misión; contiene un significado teológico que no escapo a sus discípulos: estos acompañan dicho camino.
Vs 30-32: Breve indicación geográfica de allí, y viajan en secreto por dos razones: para instruir a los discípulos y porque ha terminado su ministerio público. La instrucción a los discípulos se centra en los acontecimientos próximos: la muerte de Jesús en manos de los hombres y su resurrección. Los distintos comentaristas hacen hincapié por un lado en si se refiere a Judas, mientras otros, en que se refiere al plan de Dios (como en Rm 8:32). Es interesante que en este anuncio no aparece el del (es necesario) característico de lo que atañe al plan divino. Se trata ya de una realidad cierta, y el evangelista usa un presente con sentido de futuro. A continuación Mc describe la incapacidad de los discípulos de entender y su miedo a preguntar. Todavía no aparecen las palabras entregado 'por vosotros'.
Vs 33-37: A pesar de que ya habían comenzado el camino a Jerusalem, vuelven a casa, a Capernaum (probablemente, a casa de Pedro). Allí Jesús toma la posición típica de un maestro; probablemente Mc uso aquí varias fuentes, ya que después de preguntarles a sus discípulos de qué discutían, llamó a los Doce.
Como ya había ocurrido después del 1° anuncio de la Pasión, en 8:31ss y como ocurrirá después del 3° en 10:32ss, a las palabras de Jesús siguen reacciones de sus discípulos que muestran qué equivocados están todavía, cuán poco han entendido. La sentencia que sigue parece una variante abreviada de 10:43. En 10:43 hay un paralelo doble: mayor… servidor y primero… siervo. Evidentemente, la comunidad conservo el recuerdo de la censura a la ambición personal, ya que también aparece en Mt 23:11 y Lc 9:48; también con relación a que los jefes deben servir, en Mt 20:25-27 y Lc 22:24 y Mt 18:1-4, la discusión sobre el mayor.
Al mismo tiempo, Mc Io combina aquí con otro tema, el de los pequeños y los niños. La mayor parte de los exegetas concuerdan en que la Iglesia asimiló ambos temas, puesto que la sentencia sobre los pequeños a quienes se recibe como a Jesús mismo y a quien envió a Jesús, tenía que ver con el trato que los discípulos recibieran en su tarea misionera. Aquí los más pequeños, los niños, los débiles se convierten en objeto del cuidado de la Iglesia y no, como en Mt, símbolo de la humildad con que se debe entrar al Reino.
No existe unanimidad en cuanto a la unidad del relato, ni a su pertenencia a una perícopa mayor. Es un solo pasaje, 33-37, o son dos, 33-35 y 36-37? La dificultad de muchos para aceptar su unidad reside en una incoherencia entre la pregunta implícita en el v. 34 y la respuesta del v. 37. Pero el tema que Mc desarrolla no es el de orgullo/humildad o importancia/insignificancia, sino entre poder = grandeza/ servicio y entonces ya no existe tal inconsistencia entre ambos versículos.
Para otros autores, se trata de una serie de dichos y temas unidos por encadenamiento de palabras tales como en mi nombre, escandalizar, sal etc. Bultmann piensa en un catecismo cristiano primitivo (vs 33-50) que Mc convirtió, con redacción propia, en escenas de la vida de Jesús. Schnackenburg duda de tal catecismo y sugiere que Mc acomodo los dichos antes de entrar en el cap. 10, con temas de la comunidad. Neirynck sugiere una inclusión entre 9:33 y 10:50b, disputa-armonía entre los discípulos. Sin entrar en un análisis de todas estas posibilidades, para las cuales remito a Ambrozic, es evidente que los vs 33-50 contienen ejemplos de la radicalidad de vida a la que los llama Jesús y su Reino. El anuncio de su pronta muerte y resurrección conlleva la disposición por parte de todo discípulo, a servir con su vida entera: el sufrimiento del cual el de Jesús será un ejemplo, no es un accidente o un hecho aislado, sino la consecuencia de quien se para frente a la muerte y sus maquinarias, optando por la vida.
2.2. Los otros textos
Sal. 54:1-4, 6-7a: Liturgia centrada en un oráculo: El me llama y yo le respondo. Estructura: Petición de que se pronuncie un oráculo (vs 1-5), puede haber una parte intermedia que refiera el oráculo, o cuando esta falta, una frase que da a entender que se ha recibido el oráculo: v. 6: mas ved…; la reacción ante ese oráculo, vs 7-9, la parte más importante: alabanza y acción de gracias.
Jer. 11:18-20: Jeremías descubre, gracias a una revelación divina, una conjura contra su vida, instigada por sus propios familiares y allegados. Esto le hace reflexio¬nar sobre el sentido de su vida y misión. La imagen del cordero llevado al matadero hace pensar en una inocencia total y en la no-resistencia, cf Isa. 53:7. Rinones: sede de las reflexiones y afectos íntimos. Jeremías pide la muerte de sus enemigos, enemigos también del plan de Dios, por quien Jer. habla.
Sgo 3:16-4:6: 3.13-18, sección independiente sobre la sabiduría, que probablemente se refiere al maestro del 3:1, casi sinónimo de sabio. Se refutan las falsas pretensiones de sabiduría, que no tiene mansedumbre, que no está de acuerdo con la verdad (= revelación cristiana), que contiene los vicios mencionados en el v. 16 (también 2 Co 12:20); en contraste, la sabiduría cristiana es descripta en el v. 17, con reminiscencias del Sermón del Monte y de las cartas de Pablo. El v. 18 es ambiguo: la cosecha de justicia, que podría ser un premio por una conducta justa, podría ser sembrada por o para los que hacen la paz. De todos modos, en contraste con la paz, presenta Sgo a continuación el problema de las enemistades en la comunidad. La lengua y la falsa sabiduría conducen a rivalidades; 4:1-6 trata sus causas profundas, 7-10 sus remedios. V. l, guerras y luchas: muchas veces figurativamente para las rivalidades y disputas; v. 4, Sgo adopta el lenguaje del A.T. y designa Ia in-fidelidad para con Dios como adulterio (cf Jer 3:9, Ez. 16, Os. 3:1).
3. Meditación
El texto es muy conocido y por eso, tal vez, más difícil. Contiene muchos elementos importantes para nuestra meditación y para la reflexión dentro de la comunidad. Será imposible agotarlos todos un solo domingo, el/la predicador/a deberá elegir uno de ellos y dejar el resto para otra ocasión.
La base de nuestra meditación es el anuncio que Jesús les hace por segunda vez, de que va camino a Jerusalem, al enfrentamiento con las autoridades judías, a la muerte en manos de pecadores y a la resurrección. Esta es la parte más importante del texto, así como debe serio de nuestra teología: sin muerte en la cruz no hay vida ni resurrección. Pero en su camino, antes de llegar, hay varios puntos: Jesús se va escondiendo de las multitudes. Se queda solamente con sus discípulos, a quienes ensena. Los discípulos no entendían y tenían miedo de preguntarle.
El sermón podría girar sobre cualquiera de los temas ya anunciados: la subida a Jerusalem con sus consecuencias, la falta de entendimiento de los discípulos o su miedo. Estos dos temas son muy importantes para Mc, ahora veremos por qué.
1) Miedo. Miedo y asombro son reacciones de mucha gente: los discípulos, las multitudes, Pilatos, Herodes, los jefes religiosos. En algunos casos es un miedo respetuoso, religioso, en otros es el miedo impío de ver sus propios planes frustrados por Jesús, o por las multitudes. En nuestro texto los discípulos tienen miedo de preguntarle sobre su anuncio de la Pasión, quizás porque después del reto que se llevó Pedro en el primer anuncio no quieran hablar, pero más probablemente, porque no quieren escuchar lo que este anuncio significará. El miedo, la admiración son signos de conversión, fe y entendimiento. Los que no temen a Jesús son sus enemigos y los demonios. Sin embargo también está el miedo (por ej., de los discípulos frente a la tempestad en la barca) que refleja incredulidad, falta de fe y confianza.
2) Entendimiento. Los discípulos no entendían. No es que fueran tan tontos que no pudieran comprender el significado de las frases de Jesús, su problema era entender lo que eso verdaderamente significaría en sus vidas y en la de Jesús. No estaban listos para aprehender las consecuencias de su fe y fidelidad al Reino. Así como el Mesías de Marcos es secreto y se va revelando paulatinamente, también el Reino de los Ciclos se revela a medida que sus súbditos van estando preparados para aceptarlo tal cual es. El entendimiento es un milagro, del cual hay algunas pruebas, pero que no es todavía total: es milagro porque para lograrlo hace falta vencer la dureza de corazón. Esta es la acusación de Moisés y los profetas al pueblo de Dios: tener la cerviz dura, no querer abrirse a la Palabra que les habla y los convierte. Jesús les recrimina su falta de entendimiento con preguntas, cf 4:13, 7:18, 8:17-21 y especialmente 8:27-10:52. Las reacciones después de cada anuncio de la Pasión muestran esa misma falta de inteligencia de parte de los discípulos. En cambio, los enemigos de Jesús y los demonios, si entienden que este hombre es peligroso. En la concepción de Mc, la actividad salvífica primaria de Jesús es la enseñanza. Por eso ésta nunca está dirigida a los jefes religiosos (discute, pero no ensena); las parábolas tienen la finalidad de enceguecer y no de dar entendimiento.
Pero como el entendimiento es un problema de ceguera moral, ética, espiritual, en la diaconía, en la fe, si la comunidad de discípulos no se cuida y se abre al entendimiento (es decir, si no vuelve su corazón a Dios y deja que este obre), nada podrá diferenciaría de los enemigos de Jesús. De ahí la importancia que Mc les da a las enseñanzas de Jesús a sus discípulos, para que estos, como intérpretes oficiales de las enseñanzas recibidas, puedan discernir, entender, ser instrumentos de la salvación.
Si quien va a predicar este texto considera todavía importante el tema siguiente, sobre quién es el mayor, una buena forma de conectarlo es continuar con el ejemplo de la discusión sobre quién es el mayor, en primer lugar como ejemplo de la falta de entendimiento, pero también como ejemplo del entendimiento paulatino que hizo la Iglesia al convertir el servicio en cuidado aun de los más desprotegidos de la sociedad, de los niños, los débiles, los no-valiosos. Aquí se ve también ese milagro del entendimiento que Dios da a su Iglesia.
El empleo que los evangelistas hicieron de esta sentencia de Jesús advirtiendo contra los intereses personales, contra la lucha por el poder, muestra su preocupación por este tema. Evidentemente, tal preocupación tenía sus razones, así como hoy la Iglesia tiene las mismas razones para preocuparse por este tema. Mc nos narra con toda su ingenuidad, que los discípulos discutían sobre quién era el mayor. Yo los puedo imaginar muy similares a nuestras propias discusiones, poniendo el bien común, el bien de la Iglesia en primer lugar. También hoy muchos expresan sus intereses, o su deseo de poder, en términos muy ingenuos, pero el hecho es que sigue siendo un peligro para la comunidad cristiana, para los seguidores de Quien sirvió.
Existe en el poder de las Iglesias autoritarias y jerárquicas hacia sus miembros, donde la palabra del Obispo o del Pastor es indiscutible, so pena de excomunión; existe donde los Consejos Directivos de nuestras Iglesias luteranas dominan toda manifestación diferente, donde las mujeres y los jóvenes no tienen derecho a participar; donde los de apellido nacional o de piel más oscura (por no mencionar siquiera a los indígenas, vagabundos, analfabetos, prostitutas, homosexuales, y demás grupos conciente o inconcientemente no deseados) no pueden participar o causan indignación cuando se atreven a hacerlo; existe el peligro del poder escondido bajo las quejas de quienes dicen estar cansados de ejercerlo, pero no lo delegan; existe en la falta de preparación de miembros de las comunidades para que puedan servir y deci¬dir con elementos propios.
Existe en el famoso siempre se hizo así, en el mismo lenguaje que usamos en nuestros cultos y reuniones, donde los neófitos quedan fuera. Existe el poder en los templos con grandes escalinatas al cual no tienen acceso los débiles (ancianos, discapacitados, enfermos cardíacos), en los libros de culto difíciles de manejar y de entender, en la falta de espacio para quienes no saben leer (tanto niños como adultos).
La otra cara del tema que nos interesa es el de las soluciones facilistas, que dejan las cosas como están. Nuestro medio, la sociedad en que nos movemos, acá en América Latina, nos invita constantemente a soluciones de este tipo: el país se arreglará mágicamente el día que asuma este Presidente, la Patria financiera terminará porque el Banco Central dicte este o aquel decreto; tu vida cambiará y ya no tendrás problemas si te convertís hoy; los políticos de la oposición siempre tienen la solución… si los dejaran aplicarla! Y dentro de nuestra Iglesia: cuando yo era joven las reuniones de jóvenes eran así… con un templo lindo la gente va a participar más… yo tengo fe y oro todos los días… lo que pasa es que el Pastor Fulano…
Así como el Tentador convenció al ser humano en Génesis 3 con una media verdad, nosotros también nos dejamos engañar y al mismo tiempo engañamos al usar verdades a medias que también son mentiras a medias.
Los enemigos de Jesús habían optado por hacerlo desaparecer con acusaciones mitad verdad-mitad mentira; pensando que con eso se terminaría el peligro; los discípulos discutían quién de ellos era el mayor, pero frente a la cruz abandonaron al Señor; los ejemplos son muchos.
Ya los de Anatot, así como los enemigos a los que alude el Salmo del día, trataron de aplicar la solución drástica y aparentemente fácil de eliminar a los indeseables, a aquellos cuyas palabras y hechos molestan. Pero su verdad a medias ocultaba que detrás de las palabras y hechos de un Jeremías estaba el poder y la Palabra de Dios que debían conocer.
La epístola de Santiago también denuncia las soluciones fáciles dentro de la comunidad: la falsa sabiduría que es despectiva respecto a los no-sabios, la codicia, los celos, la envidia, las oraciones de acuerdo con los intereses y deseos propios, las peleas, la maldad. El adulterio hacia Dios. Podemos ver en estas palabras nuestras propias congregaciones e iglesias, donde las envidias, los celos, los cuentos son cosa cotidiana y donde los pastores/as y líderes estamos dentro del problema también.
Sin embargo, en toda esta discusión tampoco podemos caer en una teología de las obras, donde abstenerse de hablar mal de nuestro vecino nos haga dignos del Reino. Tampoco una moralidad parcial en la que unos pocos actos buenos públicos nos aseguren el cielo.
Estamos camino a Jerusalem, camino a la cruz. La Pascua pasó hace tiempo, así como Pentecostés y la Ascensión. Sin embargo, camino al Adviento, a la próxima Venida del Señor, estamos una vez más (siempre) camino a la cruz, a la humillación, al servicio. Fuera de esto no hay vida. Nuestro bautismo debe recordamos continuamente nuestra vocación de Cristos hacia todos nuestros prójimos, hacia los más pequeños, los menos dignos a los ojos de la sociedad, los niños, los débiles, los que no tienen voz propia. Solamente así podremos tener el privilegio de ser usados por Dios en su Reino.
Nuestras Iglesias (comunidades, pastores, laicos, sínodos, etc) han perdido mucha espiritualidad, mucho poder de oración, de esperanza, de verdad, de justicia. Los cultos son, en gran medida, una obligación impuesta desde fuera o desde la persona misma, o un paliativo por los cuales seguimos adelante por un tiempo. Pero rara vez son el alimento, la fiesta a partir de la cual vamos al encuentro de nuestra realidad fortalecidos, con una manera renovada de entender el mundo, la sociedad, nuestro prójimo y también a nosotros mismos y nuestra misión de servicio. Las palabras de Sgo — que con todo su discurso sobre las obras y la no discriminación de los pobres nos ayuda a no quedar en una espiritualidad vacía — nos llaman a someternos a Dios y resistir al Diablo. El Salmo y Jeremías nos llaman a ponernos en manos de Dios, confiando en su poder y orando; el Ev. de Mc, finalmente, nos llama a seguir a Jesús en su camino hacia la cruz y la resurrección.
Uno de los temas de este domingo podría ser Volver a la Verdad; verdad que, como en Sgo en toda la Biblia, significa la Palabra de Dios manifestada en especial en Jesuscristo, en su vida de servicio, muerte y resurrección. El tiempo de la Iglesia, de Ascensión a la Venida, es tiempo de servicio, muerte y resurrección de su Cuerpo también. Las soluciones aparentemente fáciles provocadas por Ia falta de entendimiento, no nos levarán a la Verdad que nos hace libres, sino a la muerte, en cualquiera de sus muchas manifestaciones literales o figuradas.
4. Sugerencias para la prédica
Me gustaría sugerir, si el grupo es lo suficientemente pequeño para lograrlo, un sermón dialogado donde el/la líder pueda inducir a la misma congregación a ex-presar primero las soluciones facilistas como verdaderas y, a través del diálogo, análisis de las mismas y del texto, llegar a descubrir que las soluciones verdaderas pasan por la cruz, la muerte al pecado (las soluciones de los enemigos de Jeremías y de los falsos sabios de Sgo, así como las de los discípulos, ayudan a este contraste) y Ia resurrección a una vida nueva donde la verdad y la justicia comienzan por nosotros mismos y nuestras relaciones con el prójimo (a fin de cuentas, todas nuestras acciones, aun las tocantes a la justicia, las estructuras sociales y políticas, son relaciones y contactos con personas y grupos, y todos nuestros contactos y relaciones personales tienen una implicancia política y social).
Un posible esquema seria:
1. Pregunta-presentación de un problema: las propuestas mágicas de las sectas o grupos fundamentalistas (Si te convertís, mañana mismo se acaban todos tus problemas, encontrás trabajo, etc), Ias de los políticos (Como haríamos si tuviéramos que solucionar el problema de Ia deuda externa/inflación/tasas de interés de los bancos/recesión de la industria/salud/analfabetismo/desnutrición/droga/delincuencia?)
2. Dar lugar a respuestas; después analizarlas entre todos. No criticar, sino buscar nuevas preguntas o planteos que lleven a mostrar que todo no se soluciona con matar a algunos, destituir a otros, poner en la cárcel a un grupo, decretar algunas medidas (hacer notar que gran parte de las soluciones propuestas son autoritarias).
3. Plantear problemas a resolver dentro de la Iglesia, que afecten a, o con los que esta comunidad o grupo tenga que ver, tratando de llegar a soluciones que puedan ser puestas en paralelo con las anteriores:
4. Existe similitud en la forma en que tratamos de resolver los problemas dentro y fuera de la Iglesia o no? Como plantearon los problemas y las soluciones cada uno de los textos de hoy? (Jer. y los de Anatot, Sgo y los falsos sabios, Jesús y los discípulos. Aquí probablemente habrá que ayudarlos a recordar los textos). Puede hablarse del miedo y/o la falta de entendimiento por parte de los discípulos, y lo que esto significa.
5. Cuales son (en la Iglesia y en los textos) las soluciones facilistas y cuales las verdaderas, a la luz de lo visto hasta aqui?
6. Buscar una palabra clave o frases que ayuden a resumir la verdadera forma de resolver los problemas de acuerdo con el plan de Dios: cruz, muerte y vida, servicio, verdad, mansedumbre, el mayor y el menor, discípulo, etc.
7. La época eclesiástica en que nos encontramos. Significado, énfasis en la Iglesia como instrumento del plan de Dios para salvar a la humanidad, que todos tengan vida en abundancia, el Espíritu Santo como guía de la comunidad para poder entender y no tener miedo (si no se aclararon estos temas en el punto 4., puede hacerse ahora), el énfasis de Mc en la enseñanza; entender sin temer lleva a servir, aun con la vida.
8. Conclusión: Volver a ubicarse entre Pascua y Segunda Venida, con certeza de la presencia de Dios y con esperanza. Oración final asegurando esta presencia de Dios en medio de su Pueblo, en el culto y en la vida diaria.
Nota: Si en el culto o en el grupo hubieran muchos niños, de modo que valiera la pena dirigir a ellos la meditación, se puede usar el cuento de la gallina de los huevos de oro: había un granjero que compro una gallina. Qué sorpresa se llevó cuando al día siguiente descubrió que la gallina había puesto un huevo, pero de oro! Y cada mañana, la gallina ponía uno. Poco a poco creció la ambición del granjero y decidió matar a la gallina para poder tener todos los huevos de oro de una vez. Pero cuando la mato, no había huevos de oro dentro de la gallina, ella los iba produciendo cada día. Así el granjero, por ambicioso, perdió su tesoro. Llevarlos a ver la ambición como mal y de allí sus propios intereses por ser el/la mejor, el/la primero/a, el/la líder y en contraste, las palabras de Jesús, sobre el servicio a los más pequeños (aun para los niños, hay más pequeños a quienes servir).
5. Subsídios litúrgicos
1. Intróito: Salmo 54:l-4,6-7a.
2. Confesión: Nuestro buen Dios que te has manifestado en Jesucristo para que tu pueblo entendiera tu voluntad, confesamos ante ti que hemos pecado de muchísimas maneras: No te hemos amado con todo nuestro ser ni hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. En especial confesamos que muchas veces hemos buscado las soluciones fáciles que Satanás nos ofrece, y no el camino de la Cruz que tu propio Hijo tomo por nosotros. Escucha ahora la confesión particular de cada uno de tus hijos e hijas… (silencio). Por causa de tu propio Hijo, Jesucristo, ten piedad de nosotros, Señor! Amén.
3. Oración de la colecta: Padre Celestial, tu enviaste al mundo a tu propio Hijo para lograr lo que para nosotros era imposible: la salvación y una vida nueva y santa. Por tu Espíritu Santo renuévanos, tu que moras en nosotros desde nuestro bautismo, para que seamos fieles a tu llamado a tomar nuestra cruz y servir a nuestro prójimo y a ti. Por tu Hijo Jesucristo, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, ahora y siempre, amén.
4. Asuntos para la oración general: Agradecer por la Palabra de Dios que nos ensena y nos lleva a la fe, que nos corrige y guía; pedir por todos los que están en necesidad, de quienes somos prójimos: enfermos, presos, hambrientos, sin trabajo, sin techo, los que no tienen esperanza ni amor; los que rigen a los demás: jueces, políticos, fuerzas públicas, maestros, médicos, padres, madres. Por la Iglesia para que sea fiel a su llamado a servir y no sucumba a la tentación del poder.
6. Bibliografia
Schnackenburg, Rudolf, El Evangelio según san Marcos, Ed. Herder, El N.T. y su mensaje, Barcelona, 1976.
Lohse, Eduard, Mark's Witness to Jesus Christ, United Society for Christian Literature, London, 1955.
Ambrozic, Aloysius M., The Hidden Kingdom, The Catholic Biblical Quarterly-Monograph Series II, The Catholic Biblical Association of America, Washington D. C., 1972.
Taylor, Vincent, Evangelio según san Marcos, Ed. Cristiandad, Madrid, 1979.