Prédica: Génesis 2.18-24 – Gênesis 2.18-24
Leituras: Hebreus 2.9-11 e Marcos 10.2-16
Autor: René Krüger
Data Litúrgica: 20º. Domingo após Pentecostes
Data da Pregação: 05/10/1997
Proclamar Libertação – Volume: XXII
1. Introducción
Estamos ante un texto que suele emplearse para bendiciones nupciales. Pero también es posible estudiarlo por ejemplo en el contexto de una serie de reflexiones sobre la pareja hombre-mujer, la família, el matrimonio, la sexualidad; o valerse de él para un sermón dominical sobre uno de estos temas. El texto es parte del segundo relato de la creación e pertence al yavista. Cabe destacar que hasta el v. 23 se habla de cadam, el hombre genérico, el ser humano (Mensch, en alemán). Esto implica que lo que el texto dice sobre el hombre cadam, lo dice en un sentido genérico sobre el ser humano.
Ahora bien, el relator se vê condicionado por un hecho linguístico: el sustantivo cadam es masculino. Como está interesado en la pareja de varón y mujer, la mujer será formada de ese hombre. La intención sigue siendo recíproca: ambos, tanto el varón como la mujer, son fragmentários e incompletos, y necessitan del otro para ser completos. La anterioridad del hombre-varón no significa ninguna superioridad, como lo dedujo lamentablemente la interpretación poste¬rior que fue asumida por el Nuevo Testamento y la tradición eclesiástica. Es urgente una revisión crítica de esta interpretación que tanto dano ha causado a las mujeres y a la relación entre la mujer y el hombre, y que desgraciadamente sigue siendo usada por algunas iglesias como argumento en contra del ministério pastoral femenino.
2. Consideraciones Exegéticas
El texto comienza con una constatación: la soledade no es buena. De entrada se establece que el ser humano es creado para la relación, la comunicación, el amor. La fórmula No es bueno… no es una evaluación negativa de la creación en si, ni para el yavista ni para el redactor final del Génesis, que en 1.31 se había indicado que todo era muy bueno. La fórmula crea una expectativa que llegará a su satisfacción en la presentación de la pareja. Cuánta sabiduría humana contiene esa frase, y qué bien describe la solicitud divina por el ser humano!
La proyectada ayuda no deve ser personificada de antemano como ayu-dante, ni quedar limitada al trabajo (agrícola y/o del hogar), ni al engendramien-lo de la descendência (como lo sustuvo Agustín). El término hebreo empleado aqui es usado frecuentemente para indicar la ayuda de Dios mismo. Se trata de una companía que fortalece, complementa, ama, protege, salva, etc., todo ello en un sentido muy amplio.
El término comúnmente traducido por idóneo expresa la idea de complementariedad y de frente a frente (Gegenüber, en alemán). Es conveniente decir entonces una ayuda que le corresponda, pues así se manifiesta mejor la idea de igualdad o semejanza como también la de complementariedad. La fórmula apunta a una relación dialogal, una ayuda mutua, una correspondência recíproca. En el frente a frente (Gegenüber) hay también un cierto vestígio de oposición, pero oposición leal, como dicen los ingleses (His Majesty's loyal opposition).
El interesante desfile de animales, sin que se halle ayuda que le corresponda, evidencia que los animales ayudan al ser humano en muchos sentidos, pero no le son complementarios ni semejantes. La naturaleza extrahumana es sumamente amplia, compleja, rica; el ser humano tiene muchísimos elementos de esa naturaleza, pero ella no satisface sus deseos últimos. No hay correspondência plena para el ser humano fuera de la pareja de hombre e mujer.
El intermezzo zoológico, con un cierto toque de humor bíblico (y eventualmente también alguna indirecta), da realce a la dignidad del ser humano. No es necesario pensar en reminiscências de un mito del intento fallido de la creación del ser humano en etapas (animales, semihumano, humano). Algunos investigadores han visto aqui un cierto paralelo en las dos etapas en la humanización de Enkidu de la epopeya de Gilgames. Primero se describe a Enkidu como ser que habita con los animales aún no es plenamente hombre; recién por la mujer, que le mandan los dioses, se convierte en hombre. La intencionalidad del texto de Génesis apunta a la pareja, en la que se expresa la plena dignidad del ser humano. La interpretación puede enfatizar este tenor del texto.
El sueño profundo, más allá de una anestesia, apunta más bien a otra dimensión: en el acto creacional de la persona-pareja Dios no tolera testigos. En cuanto al porqué del empleo de una costilla para la formación de la mujer, abundan las explicaciones exegéticas, culturales, sexológicas, mitológicas. Se han pensado en el mito del andrógino originário dividido luego en dos mitades; en una lejana reminiscência de un juego de palabras del idioma súmero entre costilla y mujer; en una respuesta antigua a la pregunta por qué las costillas no cubren todo el vientre, sino solo la parte superior del tórax. En la referencia a la parte inferior del cuerpo podría resonar también muy remotamente la idea de la relación sexual entre hombre y mujer. Ahora bien, si estas derivaciones fueran reales, en todo caso serían deducciones de algo ya sumamente lejano, pues en la época del yavista ya no cumplían ninguna función etiológica. Lo que si puede deducirse del texto es que la costilla es un símbolo sintético que expresa identidad de naturaleza del hombre y la mujer (hueso de mi hueso, etc.) y la consistência de la edificación que realiza Yavé.
Luego Yavé mismo ejerce la función de aquel que lleva la novia al novio, el padrino del casamiento. Salta a la vista la gran alegria del varón. El júbilo emplea una forma rítmica con lenguaje condensado. El ritmo (no el metro) es la expresión especial de una exclamación. Três veces se emplea el pronombre determinativo esta. Esto expresa que recién ahora, en la pareja de hombre y mujer, se plenifica el hombre, no con los animales. El versículo no es una constatación (que de por si no necesitaria ritmo), sino un júbilo, una exclamación. En la segunda parte el versículo pasa del júbilo a la reflexión, definiendo a la mujer. Es decisivo el juego de palabras: Ish — ishshá, que se ha intentado reproducir en la traducción castellana con varón — varona, sin lograr una equivalência adecuada. En português no suena mucho mejor: varão — varoa; y peor aún retumba en la traducción alemana de Lutero: Mann — Männin. El inglês tiene la suerte de poder imitar el juego de palabras del hebreo: man — woman.
El relato emplea la llamada fórmula de parentesco (cf. Génesis 29.14; Jueces 9.2-3; 2 Samuel 5.1; 19.13-14). En Génesis 2 la fórmula sirve para expresar la identidad fundamental de naturaleza entre el varón y la mujer, remitiendo a la vez a la unión de esposo y esposa. El juego de palabras apunta al descubrimiento de la complementariedad de la pareja y al reconocimiento pleno de la mujer como ser humano, al lado y a la par del varón. Hay una identidad que no puede ser tergiversada por ninguna deformación cultural. Semanticamente el texto salta aqui del valor humano (hombre-mujer) al valor matrimonial (esposo-esposa). En la traducción y consiguiente interpretación del versículo en cuestión conviene hablar entonces de esposo y esposa en vez de varón y varona. En síntesis, el (segundo) relato de la creación del ser humano alcanza su meta en la comunión de varón y mujer.
El dejar padre y madre y el hacerse una sola carne no son parte del discurso del primer varón, sino dos comentários redaccionales. Son un doble epílogo luego de la puesta en obra de la escena, y la culminación de todo el relato. Esta frase evidencia el carácter etiológico de la narración. La historia había partido de preguntas muy precisas: Como explicar etiológicamente la constata¬ción de la mutua atracción tan poderosa entre los sexos? De donde proviene el amor, que es tan fuerte como la muerte (Cantares 8.6) y más fuerte que la vinculación con los padres carnales? De donde proviene ese impulso que no para hasta producir la unión carnal? Esto, dice el relato, deriva del hecho de que Dios tomo la mujer del hombre, y que originalmente fueron una sola carne. Por eso deben reunirse nuevamente, y así formarán una sola carne. Comprender la historia en un sentido etiológico es sumamente importante a nível teológico, pues implica entender que el relator no pretende describir un estado paradisíaco original, actualmente ya perdido; sino que su punto de partida es algo existente, presente: la atracción entre los sexos, el arnor. Esto es lo que él quiere iluminar desde su fé.
Dejar al padre y a la madre no es exactamente lo común en la sociedad patriarcal del antiguo Israel, en la que la mujer se desprendia de su família de origen para integrarse a la de su marido. Algunos exegetas creen ver aqui una reminiscência de un muy antiguo matriarcado. Ahora bien, cabe destacar que el relato no quiere explicar situaciones legales ni darles vuelta, sino que quiere explicar el origen del poder de atracción entre los sexos, que él concibe como un orden divino creacional.
El v. 25 es una bisagra o enlace entre el material anterior y la historia del pecado original. La vergüenza es uno de los fenómenos más misteriosos de la existência humana, y se la puede interpretar de múltiples maneras. Consideramos que no es necesario profundizar aqui la cuestión, ya que recién será tematizada en el capítulo 3.
3. Reflexiones Hermenêuticas
— Es una experiência muy común el hecho que no es bueno que esternos solos y solas. Los místicos judios sostienen que esta afirmación de Dios mismo proviene de su própria experiencia: su soledad en el universo lo llevo a crear al ser humano por amor. Y ya que solo el amor necesita una correspondencia, la creación de la ayuda que le corresponda tiene por meta el amor. El ser humano en cuanto varón solo o mujer sola es incompleto; pero en pareja de varón y mujer no solo es completo, sino también una sola carne. Ea unión matrimonial es pues la totalidad humana proyectada por Dios. El ser humano se plenifica en el amor. Como deducción inversa podría decirse que Dios nos creó incompletos para que nos encontráramos en pareja, nos amáramos y recreáramos oa plenitud de oa unidad humana en el amor. En consecuencia con esto, el rabinismo temprano dedujo de las historias de la creación (Génesis 1.27: creación del ser humano como hombre y mujer; y Génesis 2.18) que un solterón es solo médio ser humano, y que necesita del complemento amoroso de una mujer para ascender a la categoria de ser humano pleno.
— El sueno puede ser releído como una indicación de que hemos de aceptar a nuestra pareja de las manos de Dios (como lo indica la liturgia de la bendición matrimonial). Podremos ser creadores de muchas cosas, relaciones, estructuras, incluso de nuestros hijos, amigos, vecinos, etc.; pero nunca seremos creadores de la persona que será o es nuestra pareja. Desde el punto de vista de la fé es Dios quien nos forma nuestra pareja.
— El matrimonio es una armonía constructiva de diálogo y contraste. La vida matrimonial no es una situación estática aburrida, sino una dinâmica amo¬rosa llena de tensiones fecundas, y abarca tanto la cooperación como la oposicion.
— En cuanto a la costilla, su densidad simbólica permite varias relecturas interpretativas. Por de pronto le falta una parte al hombre mientras no tiene pareja. Por supuesto vale lo mismo para la mujer. En segundo lugar la costilla, como parte del costado, se ha ofrecido para una bella interpretación rabínica: si Dios hubiera querido que la mujer dominara al hombre, la habría hecho de una parte de la cabeza de Adán; si hubiera querido que fuera su esclava, Ia habría hecho de sus pies. Pero Dios la tomo de su costado, porque quiso que fuera su companera, a la par del hombre.
— Ante cualquier tipo de discriminación de Ia mujer se deve enfatizar que Génesis 2.18-24 sostiene que la mujer tiene un valor esencial e imprescindible para la plena humanización del varón y del ser humano en general. En este sentido el énfasis en el significado de la mujer y en el carácter del ser humano como comunión de varón y mujer en el texto de Génesis 2 es único entre todos los mitos creacionales del Antiguo Cercano Oriente. Lo mismo cabe decir sobre el pleno reconocimiento de la mujer como ser humano a la par del varón. En Génesis 2.18-25 no se encuentra ningún vestígio de dominación del hombre sobre la mujer o de sometimiento de esta.
— Basándose en l Timóteo 2.13, algunos Padres de la Iglesia sostuvieron que la mujer es una creación algo inferior en comparación con el varón, ya que fue creada en segundo lugar. Uno de los Padres del Talmud en cambio sostiene exactamente lo contrario: la creación entera tiene un ritmo ascendente, que parte de lo inferior, pasa por lo más complejo y llega a lo más perfecto, que es el ser humano. Si esto es así, Ia mujer seria la corona de Ia creación, por ser Ia última obra de Dios. La discriminación y marginación de la mujer, basadas en interpretaciones erróneas de Génesis 2, en textos paulinos y en l Timóteo 2.13, necesitan urgentemente una profunda revisión.
— Génesis 2 aún no habla de la sociedad y ni siquiera de la família. El relato reduce toda la humanidad a una sola pareja e incluso separa al hombre de su padre y su madre. De esta manera establece que la unión de la pareja en amor es un molde arquetípico de toda comunidad humana.
4. Rumbo a la Predicación
En primer lugar debe decidirse si se quiere elaborar un sermón para un culto dominical, o un sermón para una bendición nupcial (casamiento). En una bendición matrimonial la meditación se dirigirá logicamente en primer lugar a la pareja que se casa, y por extensión a las parejas y famílias presentes; un sermón dominical podrá asumir más bien el estilo de una reflexión sobre la relación varón-mujer en general. Dada la enorme amplitud de aspectos y contenidos, es necesario limitarse a algunos poços de los tantos aspectos y temas del texto, como por ejemplo:
— La no conveniência de la soledad.
— La comunión de varón y mujer, parte y arquétipo (modelo básico) de la comunión humana.
— Matrimonio: armonía constructiva de diálogo y contraste fecundos.
— El encuentro en pareja como don de Dios.
5. Bibliografia
CROATTO, José Severino. Crear y Amar en Libertad; Estúdio de Génesis 2.4-3.24. Buenos Aires, La Aurora, 1986. (El Hombre en el Mundo, III).
LÜCKEMEYER, Valdemar. Gênesis 2.21-25. In: Proclamar Libertação; Suplemento 2. São Leopoldo, Sinodal, 1988. p. 93-96.
RAD, Gerhard von. Das erste Buch Mose; Genesis. 11. ed. Göttingen, Vandenhoeck & Ruprecht, 1981. (ATO, 2/4).
WESTERMANN, Claus. Genesis; l. Teilband: Génesis 1-11. Neukirchen-VIuyn, Neukirchener, 1974.