Prédica: Juan 5.39-47 – João 5.39-47
Autor: Jürgen Denker
Data Litúrgica: 1º. Domingo após Trindade
Data da Pregação: 21/06/1981
Proclamar Libertação – Volume VI
I — Experiencia
Un día un carabinero me pasó un parte por no respetar luz roja. Así lo interpretaba él. Yo lo veía de otra manera. La persona que me acompañaba estaba dispuesta a ser testigo, mucho sacrifício, visto el sistema con el cual cobran las multas, pues significa perder medio día. Sin embargo, el juez fijaba una multa sin escuchar a mi testigo. Dijo que no era necesario. Con mucha dificuldad logre una nueva audiencia en la cual se escuchó al carabinero que había pasado el parte y a mi testigo. El juez se decidió por la versión del carabinero. Pues este es el testigo decisivo y competente. Lo es por ley. Me encontre con un círculo cerrado. La ley designa a su testigo competente y este a su vez es el interprete competente de la ley. Nos encontramos con muchos de estos círculos cerrados en America Latina igual como Jesús en su pátria.
II – El contexto (capítulo 5)
El 5to capítulo de Juan trata de la interpretación y comprensión de la tora (vv. l-9a: el hecho; vv.9b-16: el problema). Con esto se enlaza como en cualquier discusión el problema de la autoridad (vv.17s). Los judíos atacan la interpretación y aplicación de la ley por Jesús y su autoridad para tal procedimiento. En los vv. 19-47 Jesús se defiende. Como prescribe la tora él recurre a dos testigos: al padre y a la misma escritura. El padre da testimonio en favor de Jesús por medio de la resurrección (vv. 19-38) y Moisés habla de Jesús del cual da testimonio (vv. 39-47). Es interesante que Jesús pone obra contra obra, la obra de observar el reposo del sábado contra la obra de la resurrección. Así parece quedar en el mismo nível con sus adversários. Sin embargo, la naturaleza de la obra de Jesús sobrepasa los limites del sistema de sus adversários. Mientras que ellos hacen sus obras como para satisfacer a Dios y sus exigencias, Jesús hace la obra de su padre: resucitar de entre los muertos.
No hay obra más destacada de Dios que esta. Y así el Jesús del evangelio según Juan deja ver la diferencia de comprensión bíblica entre los judíos y los cristianos: Para los judíos la ley dice cuales deben ser las obras de los seres humanos, para los cristianos la ley dice cuales son las obras de Dios. Es la diferencia de una comprensión legalista y profética. Esta diferencia se hace notar también en los vv. 39-47. (Se puede discutir el sentido de la limitación de esta perícopa puesto que la mayoría de los comentários hace otras divisiones. Becker da la siguiente: vv. 31s.33-38.39-47.)
Ill – Interpretación
En los vv. 39-40 Jesús pone la tesis: Las Sagradas Escrituras dan testimonio de él. Compare la construcción enfática! Solo a través de él – y no en forma directa a través de la Escritura — lo judíos tendrán vida eterna, salvación. El Antiguo Testamento no es rechazado, sino relativado. Llega a su meta solamente através de Jesús. Es la diferencia hermenéutica fundamental con los judíos que formula Jesús. En los vv. 41-44 se la desarrolla. DOXA es la palabra clave de estos versículos y podría traducirse por autoridad (naturalmente para la interpretación bíblica). No entiendo por qué en muchos comentários, p. ej. en el de Schnackenburg, DOXA es entendido como término moral. Con esta comprensión se destruye la unidad de la perícopa. La autoridad de Jesús radica en su relación con el padre – no la recibe de seres humanos -, la de los judíos radica en los critérios hermenéuticos convenidos entre los rabinos. El que viene en su propio nombre es aquel que da una interpretación o soluciona un problema interpretativo o legal según aquellas normas. ALLOS no será un pseudoprofeta o el anticristo como Bauer piensa. Se contraponen la interpretación carismática, profética de Jesús, basada en la relación personal con Dios, y la interpretación legalista, basada en la relación con los critérios convenidos. Jesús denuncia el sistema hermenéutico de los judíos como cerrado. Los escribas interpretan las Sagradas Escrituras según las normas establecidas, y son
ellos que establecen las normas interpretativas.
El v.44 saca la conclusión. Creer describe la relación personal con Dios. En tal relación se da la posibilidad de interpretar la Biblia en forma adecuada – ella da testimonio de Jesús. Por su hermenéutica los judíos excluyen esta relación. De tal manera se privan del camino a la fe y no pueden ver como el Antiguo Testamento da testimonio de Jesús, de una persona y no de una cosa, del salvador y no de la salvación, vida eterna solo a través de Jesús. Los vv. 45-47 resumen. La escritura – ahora senalada por la referencia a Moisés – debe ser interpretada en la relación de fe. Como los judíos la interpretan en forma legalista, en compromiso con critérios y no con personas, ellos no pueden ver el testimonio que la escritura da de Jesús y de tal manera los judíos se excluyen de la salvación. Así Moisés es su acusador. Jesús no necesita acusarlos. Son las mismas escrituras que dan testimonio de esta falta de fe, p.ej. en la lectura bíblica del culto sinagogal. (Compare con el v. 47: Lc 16,31!) Es así que Jesús no da razones para su afirmación de que la escritura da testimonio de el mismo. Mas bien el explica que los judíos no están en las condiciones de aceptar la escritura como testigo para Jesús, y esto por su hermenéutica legalista.
IV – Reflexión
Nosotros no somos judíos. Así no nos toca la polémica de Juan 5. Sin embargo, queda vigente la pregunta por nuestra manera interpretativa de la Biblia. No se puede negar tendencias de una interpretación como aquella que critica Jesús.
Por un lado nuestro mundo es desconfiado de interpretaciones carismáticas. La autoridad de una interpretación radica en la prueba, en la posibilidad de verificar tal afirmación. Así también la interpretación bíblica debe ser verificable. Por el otro lado vemos como las interpretaciones carismáticas (p. ej. la de E. Bloch) ejercen una gran fascinación. Pues estas ofrecen una visión global del mundo, y explican los acontecimientos en el mundo con pocas matrices que son accesibles para muchos y fáciles de aplicar. Creo que como cristianos no podemos pasar por alto este grito por critérios fáciles de manejar. Como predicadores nos encontramos en cierta dificultad. Debemos ofrecer una interpretación que se rige según los criterios científicos y al mismo tiempo por una interpretación carismática que tiene impacto sobre la gente, que es clara y de fácil acceso. Pienso que la tradición dogmática de ley y evangelio puede ayudarnos, pues ofrece un criterio claro, fácil de aplicar y capaz de hacer comprender las Sagradas Escrituras sin la falta de una posible verificación.
El método interpretativo del Antiguo Testamento en particular normalmente no es problema en nuestras congregaciones. Si, hay discusiones entre los cristianos acerca de la hermenéutica bíblica. Estoy pensando en la discusión de la comprensión bíblica por parte de la escuela histórico-crítica, fundamentalista y de la teología de liberación. Lamentablemente la pelea es muy amarga y no se puede decir que las diferentes posiciones están dispuestos a escuchar el uno al otro, ni siquiera se puede hablar de una convergencia o de tentativas de encontrar para cada una de estas posiciones su lugar del movimiento cristiano que a su vez necesita de tantas formas y maneras de expresión. Por estas dificuldades yo evitaria hablar de estas diferencias en extenso. Las congregaciones necesitan en el culto en primer lugar orientación y consolación. No creo que estas puedan darse en una información acerca de estas diferencias ni en en una polémica contra uno u otro método. Creo que una prédica que se centra en el tema de ley y evangelio (o legalismo y gracia) puede, de alguna manera, satisfacer los tres aspectos interpretativos recién mencionados. Con el método histórico-crítico podría buscar la vida real en la que se da esta dialéctica de ley y evangelio, con la teología de liberación podría conducir a los creyentes al punto de despejarse del miedo y distinguir las supuestas necesidades, y de tal manera tomaria en serio a Jesús, su mensaje y MI muerte y resurrección con la escuela fundamentalista.
Creo que hay que dar un paso más. La Biblia y su interpretación es un problema entre los cristianos. Al tratar solamente este problema quedaríamos entre nosotros, pero nuestra prédica no debe dedicarse unicamente a los asuntos internos. Nuestro testimonio debe alcanzar al mundo que nos rodea. La prcocupación de la gente no es la interpretación bíblica, sino la comprensión de du propria vida: ¿ Como entender -, interpretarla? Esta es la tarea hermenéutica urgente de nuestros contemporaneos. Creo que se justifica la transposición del tema de la ley al de la vida. Pues la ley era la entidad que regulaba y daba sentido a la vida del judío. La ley era su hermenéutica al considerar su vida, tu foco por el cual miraba el mundo. Pienso también en la comprensión paulina de ley como el conjunto de normas, mandatos, prescripciones y reglas, también de situaciones y circunstancias dada que regulan la vida. De tal manera podemos preguntarnos como hay que entender la vida propia en su calidad de una vida dada, y talvez manipulada, dirigida por necesidades reales y supuestas. ¿ Nos atrevemos a decir que toda nuestra vida quiere ser una señal que da testimonio de Jesús? ¿La vida como llamado a la fe en Jesús? Sin confianza es imposible existir. El niño que no aprende la confianza fundamental como bebé será enfermo. Por eso toda la gente dice que tiene fe, confianza. Pero esta fe normalmente es un mero optimismo. Juan llama a la confianza en Jesús, a la confianza en una relación personal, a la fe en la gracia de Dios. Todos los otros tipos de confianza facilmente se convierten en una esperanza que se basa en la realización de algún proyecto. Así es confianza en cosas o – teológicamente dicho – en la creación. Las cosas siempre son disponibles, de alguna u otra manera. La persona de Jesús no lo es. Y por eso la calidad de esta fe en Jesús difiere de otros tipos de esperanza. Ver la acción de la gracia en nuestra vida — todos nosotros necesitamos aprender esta lección. La tradición dogmática de ley y evangelio permite entender también las experiencias contrarias a esta esperanza. Por eso creo que la perícopa es una buena oportunidad de explicar a nuestras congregaciones como ley y evangelio (gracia y promesa) son llaves idóneas para comprender la biografía de la vida propia.
V – Predicación
En nuestro contexto con su pluralismo doctrinal en que cada ideología o tradición dogmática trata de conquistar terreno una prédica dogmática no es demás. Yo personalmente encuentro difícil la lectura de textos joaninos pues no se ajustan a un procedimiento discursivo. Como el capítulo 5 es una unidad la predica puede explicar el hilo rojo de este capítulo para ubicar bien las afirmaciones de Jesús en esta perícopa. Creo que de tal manera ayudarnos al oyente. Así he leído versículos claves del capítulo en la lectura del culto y he predicado con el siguiente bosquejo:
a. Experiencia y problemática del procedimiento legal
b. La problemática de la ley que Juan desarrolla en capítulo 5
c. La ley judía y la vida nuestra normada por la moral vigente no llevan a la vida
d. Acceso a la vida nos es dado por la gracia, por Jesús, no por la ley y las normas.
e. Ley y evangelio como llaves para entender la vida propia.
VI – Literatura
– BAUER, W. Das Johannesevangelium. In: Handbuch zum Neuen Testament. Vol.6. 2. ed. Tübingen, 1925.
– BECKER, J.Das Evangelium nach Johannes. Kapitel 1-10. In: Okumenischer Taschenkomrnentar zum Neuen Testament. Vol.4/1. Gütersloh (1979).
– BULTMANN, R. Das Evangelium des Johannes. In: Kritischer Kommentar über das Neue Testament. Vol.2/1. 12. ed. Göttingen, 1952.
– SCHNACKENBURG, R. Das .Johannesevangelium II. In: Herders Theologischer Kommentar zum Neuen Testament. Vol. 4/2. Freiburg, 1971.
– WIKENHAUSER, A. Das Evangelium nach Johannes. Regensburger Neues Testament. Vol.4.2. ed. Regensburg, 1957.