Prédica: Génesis 1.1-4a, 26-31; 2.1-4a – Gênesis 1.1-4a, 26-31; 2.1-4a
Autor: Jürgen Denker
Data Litúrgica: Domingo Jubilate
Data da Pregação: 24/04/1983
Proclamar Libertação – Volume: VIII
I — Asociaciones
La naturaleza de Dios es que crea algo de Ia nada. Así: Si auh no hás llegado a ser nada, tampoco Dios puede hacer algo de ti. – Martín Lutero
El lenguaje de Ia Bíblia acerca del origen del hombre y del universo no es, en su esencia, un relato verificable acerca del proceso de Ia creación. Es una alabanza al Dios creador, un cántico de Ia creación que ensalza a Dios (Salmo 104). – Claus Westermann
Dedicado a mirar y sumergido en Ia admiración piadosa de Ia creación y de su belleza — estoy todavia en condiciones, gracias al creador, de observar detalles importantes. – Konrad Lorenz
II — Observaciones exegético-sistemáticas
Muchas veces no se toma en cuenta que el relato se sirve del conocimiento científico de su época. El estilo de Ia narración no es poético, sino descriptivo, es el estilo de los científicos y no el de los poetas (cf. Salmo 104). El autor sacerdotal trata de ordenar los fenómenos del universo. El v.1 es como un titulo. Cielo y tierra son Ia expresión para universo. En Ias obras de separación, el autor describe como son hechas Ias coordenadas de Ia matéria: el tiempo (vv.4s)y el espacio(vv.6-10), señalando Ia línea vertical por cielo y tierra, y Ia linea horizontal por tierra y mar. Estas coordenadas son básicas también para cualquier examen físico del mundo y cualquier teoría acerca del origen del mundo.
La secuencia plantas-animales-ser humano muestra el espíritu de observación. Pues Ia vida de Ias plantas es Ia base para Ia vida de los animales. Esto se expresa también en el mandato de Dios al hombre de comer de Ias plantas mientras que los animales no son permitidos como alimento det hombre (esto solamente a partir del pacto de Noé) Como se puede notar en todo el relato, el narrador ha tratado de observar, clasificar y ordenar.
A esta intención corresponde también Ia división en siete dias. Su procedimiento es típico para Ia mente investigadora. Podemos concluir que el autor se ha servido de los conocimientos científicos de su tiempo. No es de sorprenderse que los conocimientos acumulados aquí no corresponden del todo al conocimiento de hoy. Pues Ia ciencia ha tenido siempre su historia. Un ejemplo es el nombre de átomo para Ias partículas más pequeñas indivisibles como se pensaba en una oportunidad. Así que no es lícito absolutizar el estado actual del conocimiento. También hoy tenemos teorías científicas que los posteriores van a constatar falsas. En este proceso de verificación y constatación de Ia falsedad participan Ias afirmaciones científicas que el relato de Gn 1 hace. Y podemos encontrar una serie de afirmaciones bíblicas — aunque no todas — que son verificadas por Ias ciencias. No digo que el sermón debe ser toda una apología del relato de Gn 1. Lo que, si, me interesaria es que se pueda superar esta oposición total entre Biblia y ciencia por un lado, y por el otro evitar su yuxtaposición carente de diálogo. Para fundamentar esta última tésis se declara que el relato de Gn 1 seria una confesión o alabanza del Creador. Por eso Ia meta de Ia afirmación científica y Ia de Gn 1 serían diferentes y no Ilegarian a interfe-rir. Pero con tal posición no hay diálogo. Y no puedo convencerme de que el relato de Gn 1 no tenga intenciones científicas. Pues son Ia sabiduría, Ia experiencia y Ia obersevación de muchas generaciones que se transmiten en estas palabras.
El verbo que el texto usa para crear nunca se relaciona con Ia indicación del material de que Ia creación es formada. Así que Dios crea de Ia nada. Parece que el v.2 contradice tal idea porque hay algo caótico y vacio. Pero con estas palabras el autor no pretende señalar Ia materia de Ia cual Dios hizo el universo. El destaca más bien Ia idea de que el universo es hecho como una gran entidad ordenada en Ia cual cada cosa y vida puede encontrar su lugar. El orden es necesario para que pueda haber una creación buena, para que pueda haber vida. Así que también el v. 2 establece el marco necesario para Ia vida que Dios intenta crear.
Al mismo tiempo el autor de Génesis sabe que este orden bueno de Dios está amenazado por el caos, un caos producido por Ia distorsión de los elementos como por los seres humanos. También para Ia ciencia Ia idea del orden es fundamental. Sin embargo, Ia teoria cuántica y Ia teoria de Ias indeterminaciones de Heisenberg muestran como estos procesos ordenados están desarrollándose sobre Ia base de un movimiento espontáneo de Ias partículas, de tos protones y de los electrones. Esto significa que todo este mundo ordenado está rodeado hasta en el corazón de su ser por Ia posibilidad del caos. Cuánto más se destaca así Ia obra creadora de Dios en su proceso de separar, y esto es Ia forma de ordenar. El v. 2 señala aquella posibilidad que siempre se hace presente.Y así es de asombrarse que este globo todavia da vueltas y que el sol mañana vá a salir de nuevo detrás de Ia cordillera.
El hombre es hecho por Dios a su imagen y semejanza. Se ha discutido mucho el significado de estas palabras? Es Ia posición erecta? Es Ia capacidad intelectual, Ia razón que hace al hombre imagen de Dios? El texto mismo no Io dice. En comparación con SI 8 y en combinación con el plural de hagamos, von Rad (p. 38) piensa que el ser humano es similar a los ángeles, que son sábios y buenos. Pero todo el peso de este teologúmenon cae en Ia finalidad de esta imagen divina. No es Ia esencia del ser humano que resalta, sino el domínio y Ia administración del mundo creado por Dios. El hombre es el intendente del Altísimo. Comparando con afirmaciones egípcias acerca de Ia semejanza divina de los faraones, se puede decir que el autor está democratizando Ia idea de Ia semejanza divina. (Croatto, p. 175). Es una característica de cada ser humano. La administración de Ia tierra es tarea de cada uno. Así los padres de Ia proclamación de los derechos humanos han podido recurrir a Ia idea de Ia semejanza divina de todos los seres humanos.
El mandato de dominar Ia tierra ha tenido una interpretación desastroza. La desmitologización de Ia naturaleza, que inicia este relato, ha permitido al hombre de hoy a considerar el mundo exclusivamente bajo el aspecto de explotación. Los bosques, p.ej., son considerados como dinerales. Ninguna consideración de que los bosques son necesarios para el equilíbrio de Ia naturaleza. Especialmente en Ias poblaciones urbanas se encuentra poca consideración ecológica. El texto de Génesis deja muy en claro que el ser humano es administrador, no el dueno de Ia tierra. Hay que notar Ia limitación para Ia acción humana que permite al hombre alimentarse exclusivamente de plantas. Es decir, debe cuidar Ia vida. Para el narrador dominar, obviamente, no es explotar. Me parece que el mandato de dominar Ia tierra se refiere a Ia intención que Ia naturaleza no pueda hacer daño al ser humano. Así que Dios no quiere que el mundo se convierta en un constante campo de batalla. La matanza y Ia tortura no son parte del mundo creado por Dios.
La meta de este mundo es doxológica. (Voigt, p. 251). La meta del texto no es Ia institución del día de reposo, sino Ia preparación de aquel. Falta Ia fórmula de aprobación y del cierre del día. Como se trata de un relato modelado en un período de mucho tiempo, a través de Ia sabiduría de muchas generaciones, esta falta es Ilamativa. El final sin Ias dos fórmulas lleva a Ia historia del ser humano. El sábado de Dios abro paso a Ia historia, en Ia que Dios conserva su creación, y en el dia de reposo converge toda historia del ser humano y de su mundo. Así que hay un limite para toda acción humana. Y el ser humano llega a ser libre si reconoce Ia calidad preliminar de su acción. De tal manera anticipa el reposo eterno. El dia de descanso es el día de Ia acción de gracias y de Ia contemplación de Dios y de su obra creacional y salvífica. Y así también toda historia — Ia del ser humano como Ia del mundo y de Ia naturaleza — tiene esta meta de Ilegar a Ia alabanza continua de su Señor. El no entrar en él significa frustrar Ia intención de Dios y, en otro plano, frustrar el sentido mismo de Ia creación que espera ser contemplada en el reposo final. (Croatto, p. 220)
III — Delimitación
La delimitación del texto es arbitraria. Los vv.4b y 5 pertenecen al relato de Ia misma obra creadora de Dios. Gn 1.1-2.4a es una unidad narrativa. Es obvio que Ia delimitación propuesta no obedece a critérios exegéticos, ni existe tal intención. ¿Cuál es, pues, Ia meta de tal delimitación? El v.4a termina con Ia afirmación de que Ia obra de Dios era buena, y en el v.31 leemos que todo era muy bueno. Considerando el carácter del Domingo Jubilate, queda evidente que Ia delimitación se debe a Ia intención de destacar en el sermón, el júbilo por Ia creación buena de Dios. A Ia misma idea se debe Ia inclusión de Gn 2.2s. Podría haber también otro motivo de fal delimitación arbitraria: Para Ia lectura pública Ia narración es muy larga y teológicamente densa. De tal manera se escogió el presente trozo en representación de toda Ia unidad. Así Ia prédica no debería limitarse a algún tema importante del texto, p.ej., a Ia idea de Ia imagen divina del ser humano, o a Ia de Ia presencia del Espíritu en Ia obra creadora. El sermón debe orientarse en el júbilo por Ia creación continua de Dios.
IV — Predicación
Mucha gente dice que encuentra a su Dios en Ia naturaleza y que no precisa de Ia adoración en Ia comunidad cristiana. De tal manera excluye a Cristo de su fe. Al predicar sobre este texto tal opinión puede verse corroborada. Se puede prevenir tal malentendimiento, al relacionar la creación con Ia salvación por medio de los motivos del amor y de Ia enajenación de Dios en ambas obras. Sin embargo, como nunca podemos predicar sobre el todo de Ia teologia cristiana no tendría inconveniente de dejar la admiración de Ia creación y de su creador en el meollo del sermón.
Gn 1 es el texto de referencia para demostrar que Ia Bíblia está fuera de foco. La reflexión sobre el texto muestra como se han formulado en él, en una época temprana, algunas nociones fundamentales. Así que es muy atrayente Ia idea de entrar en una polémica con Ia imagen del mundo que flota en nuestro medioambiente. Sin embargo, Ia combinación de este texto con el Domingo Jubilate hace suponer, que los padres de esta serie han desechado dicha idea. Y hay que conceder que Ia mera polémica no Ilega, no cambia. Pero tampoco podemos tomar el camino fácil declarando que aqui se trata de mera teología, alabanza y doxología, y de tal manera no interferirian teologia y ciencia. No hay que descuidar el aspecto polémico. Pero hay que envolerlo con el júbilo y Ia admiración por Ia creación. Así procede ya el narrador de nuestro relato al hablar de sol, luna y estrellas. Depende mucho que encontremos en el sermón un lenguaje que sepa transmitir el extrañarse del ser humano por todas Ias cosas creadas del mundo. Creo que en el cuento de hadas El sapo H.C. Andersen ha encontrado tal estilo. Talvez se podria volver a contar este cuento reforzando Ias líneas teológicas inherentes. Pienso, p.ej., en el diálogo del científico y poeta: Mira este sapo; Io voy a poner en alcohol. — Pero ya tienes dos, replica el poeta. — Verdad, pero este es tan terriblemente feo. — Bueno, talvez te ayudaría, si tuvíera una piedra preciosa en su cabeza, como dice Ia leyenda. — Una piedra preciosa — que clase de conocimientos tienes! — El poeta se defiende: Pero hay una cosa muy maravillosa en esta antigua supersticón: que seria exactamente el sapo, el animal más feo, que tendría una piedra preciosa en su cabeza! Resulta en todo el relato que aquel sapo verdaderamente tiene tal piedra preciosa, es decir, sabe maravillarse de este hermoso mundo y es así que tiene una sed inapagable por conocerlo más allá del sol y de Ias estrellas.
El que no quiere lanzarse a esta empresa puede usar el siguiente esquema para su sermón:
1. Dios tiene un lugar para nuestra acción.
2. Dios tiene una tarea para nuestra acción.
3. Dios tiene una meta para nuestra acción y para nuestro mundo
En Ia primera parte se puede hablar de Ia condición física del mundo tal como Ia ven Ia Biblia y Ia ciencia. En Ia segunda parte se puede partir de dos maneras de acción distintas frente a este mundo: Ia de maravillarse y Ia de explotar (Jentsch, p. 160). La actitud de admiración puede ayudar a contemplar nuestro mundo no solamente bajo ela aspecto económico, el de Ia explotación, tan frecuente en el Cono Sur. Pues Ia admiración siempre incluye el cuidado de Ia maravilla. En Ia tercera parte puede referirse al sábado eterno en el cual se contemplan Ia creación y su Creador. Así el júbilo y Ia admiración actual preparan tal final de Ia historia.
IV — Subsídios litúrgicos
Si queremos expresar el júbilo sobre Ia obra creacional de Dios hay que dejar lugar a Ia poesia en el culto, sea en los himnos, en Ias oraciones o talvez simplemente en Ia intercalación de poemas, p.ej., el Salmo 103 de E. Cardenal (p. 59ss) o Ia siguiente décima chilena: Antes de que nada hublera/nos amaba el Padre Eterno/cielo había mas no infierno/y todo tinieblas era. Formó el mundo de la nada/mi Dios con sabiduría/pero ya tierra existia Io que si que no poblada./Por el agua encapotada estaba Ia faz entera/el Creador de alta estera/saliendo de su palacio/paseó por el espacio/antes de que nada hubiera. Dicen que al mundo formó/aquel autor soberano/ y Ias aguas con su mano/en el mar Ias reunió./Todas allá Ias junto/ en un punto sempiterno/y en aquel profundo averno/puso peces y animales/y con un amor muy grande/nos amaba el Padre Eterno. Creó todo a Ia verdad/con gran tujo y bizarria/a Ia luz Ia llamó dia/y a Ia noche oscuridad./Por su inmensa potestad/gracias doy al Padre Eterno/nos amo con amor tierno/aquel Autor sin segundo/y en el comienzo del mundo/cielo había mas no infierno. Y además del firmamento/también dicen de que hizo/otros mundos de improviso/pa' completar el invento./Es de alabar el talento/de Dios por su obra primera/también hizo una lumbrera/para iluminar el dia/que de noche se escondia/y todo tinieblas era. Digo para terminar/que aquel autor sin segundo/con su poder hizo el mundo/y al fin pudo descansar. /Hizo Ia tierra y el mar/el Mesias verdadero/hizo estrellas y luceros/y toda constelación/hizo todo a perfección/los rios mares y esteros (Jordá, p. 18: décima de Madariaga, A.).
1. Confesión de pecado: Quiero poder orar, Señor, como Io aprendí de niño./Quiero poder creer que eres grande, Señor./De todo corazón quiero poder alirmar que no se te puede compreender con Ia mente humana, y que, sin embargo, estás cerca de aquel que te busca./Desplegaste el cielo como una tienda:/los hombres debian de vivir en la tierra como en Ia tienda tuya./ Sin embargo, estamos temiendo que esta tienda nos ha quedado demasiado pequeña./nosotros, tus hijos de 3,6 o 10 mil milliones de hombres./Nuestros padres te vieron viajar en los carros de nube y montado sobre Ia espalda del viento./Nosotros tememos el viento que nos Ileva el polvo atómico./EI viento es tu mensajero, el relámpago tu servidor, dice el salmo./Por Ia televisión somos testigos del viento que quita su vivienda a cientos./Los antepasados experimentaron Ia tierra como creación tuya que no puede ser conmovida./Pero nosotros estamos sintiendo como el caos se extiende más y más./Tú pusiste limites a Ia fuerza del mar, diste origen a Ia montada y a Ia tierra fértil, a fuentes y rios, hiciste crecer árboles y arbustos, alimento abundante para animales y hombres. Asi dicen los himnos de los padres./Pero nosotros también vemos Io que no nos diste: Ia capacidad de distribuir bien los bienes de tu tierra. Solo uno de tres tiene el pan que sacia el hambre, el vino que alegra el corazón — imposible para tantos. Los árboles pierden Ias hojas por el veneno que echamos a Ia tierra y al aire, los animales quedan envenenados por los productos de nuestra civilización. Talvez estamos muy cerca del punto en que el mundo perezca por el producto de nuetras propias manos. Por toda esta duda y falta te pedimos perdón, Señor (Según Seidel/Zils.p. 142).
2. Oración de colecta: Señor, siempre eres creador; nunca dejas de crear. Así te pedimos que vengas creando un corazón atento y gozoso para poder contemplar las maravillas de tu creación.
3. Oración final: La oración puede concentrarse en Ia disposición humana da maravillarse y en el problema ecológico.
V — Bibliografia
– CARDENAL, E. Salmo 103. En: Antología. 2da.ed. Barcelona, T 979.
– CROATTO, S. El hombre en el mundo. Vol. 1 Buenos Aires, 1974.
– JENTSCH, W. y Otros. ed. Evangelischer Erwachsenenkatechismus. Gütersloh, 1975.
– JORDÁ, M. ed. El catecismo criollo. Santiago, 1976.
– RAD, G. von. Das erste Buch Mose. En: Das Alte Testament Deutsch. Vol. 2/4. Göttingen, 1972.
– ROTHENBERG, S. ed. Christsein heute und morgen. Konstanz, 1981.
– SEIDEL U./ZILS, D Psalmen der Hoffnung. Gladbeck/Essen, 1973.
– VOIGT, G. Meditacion sobre Gn 1.26-31 (2.1-3). En: — Die neue Kreatur. Göttingen. 1979.